Don Benito Pablo Juárez García, El Mason
Benito Pablo Juárez García (*San Pablo Guelatao, Oaxaca, 21 de marzo de 1806 – Ciudad de México, 18 de julio de 1872) fue un abogado y político mexicano, de origen indígena zapoteca, Presidente de México en varias ocasiones (1858-1872). Se le conoce como el "Benemérito de las Américas".[1] Benito Juárez es célebre por su frase "Entre los individuos, como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz."[2]
Benito Juárez vivió una de las épocas más importantes de México, considerada por muchos historiadores como la consolidación de la nación como República. Juárez marcó un parteaguas en la historia nacional, siendo protagonista de primer nivel de esta época. Su biografía durante los años que ocupó la presidencia es casi en su totalidad también la historia de México.
Primeros años y formación
Benito Juárez García nació el 21 de marzo de 1806 en el poblado de San Pablo Guelatao, Oaxaca, población ubicada en la cadena montañosa ahora conocida como "La Sierra Juárez". Los padres de Benito Juárez, Marcelino Juárez y Brígida García, eran según sus palabras "indios de la raza primitiva del país", fueron agricultores, que murieron cuando él tenía 3 años, por lo que quedó bajo el amparo de sus abuelos y hermanas, Rosa y Josefa, aunque finalmente terminó bajo la custodia de su tío, Bernardino Juárez. A partir de allí, trabajó como peón del campo y como pastor de ovejas hasta la edad de 12 años, cuando huyó a la ciudad de Oaxaca tras haber perdido un par de ovejas.
Su hermana Josefa lo recibió, quien trabajaba como cocinera para una rica familia de un extranjero comerciante de apellido Maza. Al llegar a la ciudad, en 1818, Juárez llevaba varios días de camino desde su natal pueblo. Llegó hambriento. Él hablaba sólo su lengua materna, el zapoteco, por lo que no sabía leer ni escribir. Con el visto bueno del Sr. Antonio Maza, Benito se inició como trabajador doméstico teniendo asignado un salario de dos reales. La hija adoptiva del Sr. Maza, Margarita Maza, muchos años después se convertiría en la esposa de Benito.
Pocos días después, el sacerdote franciscano Antonio Salanueva le admitió como aprendiz de encuadernador, mientras en sus ratos libres jugaba y estudiaba la primaria. Salanueva se impresionó con la inteligencia de Benito y su facilidad para el aprendizaje, y lo ayudó a ingresar en el seminario de la ciudad.
En el Seminario de Santa Cruz inició sus estudios el año de 1824, donde cursó latín, filosofía y teología. El seminario no era su vocación y en especial le aburría la teología, clase donde se dormía. Por esto, con la oposición de su protector Salanueva, abandonó el seminario y se inclinó por el derecho.
Ingresó a la carrera de Jurisprudencia en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca, en donde obtuvo en 1834 la licenciatura; estudió con gran mérito, desempeñó varias cátedras. Varios de sus profesores eran masones.[cita requerida]. En una ocasión le pidieron representar un papel de una obra de Virgilio en una escenificación donde se incluía recitar algunos versos en latín, para parecer griego siendo él muy moreno, siguiendo un consejo de un compañero, se blanqueó la cara, lo hizo tan grotescamente que daba risa verlo. Sin embargo cuando inició el recital habló en perfecto latín por ello le admiraron y le aplaudieron.[cita requerida].
Inicia su carrera política
Durante esta época comenzó su carrera política, aunque anteriormente se desempeñó como rector de su Instituto en 1831, en el cual siempre profesó y defendió ante todo las ideas liberales. Fue diputado local en el año de 1833, junto con otros puestos modestos del ayuntamiento.
Ése mismo año apoyó a Valentín Gómez Farías, quien buscaba debilitar y someter al clero. Sin embargo, un año después se impuso de nuevo el centralismo en el país, por lo que huyó a Puebla donde administró unos baños públicos.[3]
Después de un par de años regresó a Oaxaca. Se le otorgó el empleo de juez de primera instancia. Tuvo al menos dos hijos con una mujer anónima del pueblo, a la que desconoció para luego casarse con Margarita Maza, hija adoptiva de su antiguo patrón, Antonio Maza. Al celebrarse la boda tenía 37 años y ella 17.[3]
Sirvió como burócrata tanto a los centralistas como a los santannistas. Inclusive hizo que se colocara en su sala de sesiones un retrato de Santa Anna y cuando murió la esposa de éste, pidió a los empleado públicos que guardaran luto. En 1844 lo premiaron con el nombramiento de fiscal del Tribunal Supremo de Justicia oaxaqueño.[3]
En 1847 se trasladó a la ciudad de México en calidad de diputado federal. Fue uno de los que ayudó a reelegir a Santa Anna como presidente y a Gómez Farías como vicepresidente. El 15 de enero de aquél año, se inició en la masonería del Rito Nacional Mexicano, en una ceremonia que se tuvo en las instalaciones del mismo congreso, del cual se habían apropiado los liberales para tener sus reuniones. Juárez adoptó como nombre masónico Guillermo Tell.[3]
Regresó a Oaxaca debido a la invasión estadounidense y se le colocó como gobernador interino. Su gestión se caracterizó por lograr el equilibrio económico y la realización de obras públicas. Muestra de esto fue que duplicó el número de escuelas en Oaxaca, de 50 que había en todo el Estado a 100 o más. [cita requerida] Creó el puerto de Huatulco y construyó un camino de la capital a éste, lo que permitió reducir el costo de varias mercancías que eran traídas de Veracruz o Acapulco. [cita requerida] Como gobernador, Juárez iniciaba actividades frecuentemente a las cinco de la mañana y salía de su despacho muy tarde, pasadas las 10 de la noche o incluso las 11. Instaló un escritorio público para que cualquiera que lo solicitara pudiese hablar con él sin importar su condición social o económica. Al terminar su período regresó a impartir cátedra al Instituto de Ciencias y Artes encontrándose el primer día con un gran homenaje que le concedió el personal de éste.
También en ese cargo Juárez impidió la entrada a Oaxaca al fugitivo Santa Anna quien venía huyendo de la capital del país debido a la ocupación estadounidense de entonces. Sin embargo, al llegar por undécima vez a la silla presidencial, Antonio López de Santa Anna cobró venganza por haberle impedido ingresar al estado. Tal como Juárez se lo había advertido a su esposa, un día mientras daba cátedra llegaron por el unos militares para tomarlo prisionero. Le dijo al oficial que le permitiera cinco minutos para acabar su cátedra y éste accedió. Pasó a su casa donde se despidió de Margarita. Juárez prometió enviarle una carta en cuanto pudiera, le encomendó protegerse con su familia. Mientras se despedían en la habitación, un militar los interrumpió argumentando que no tenían más tiempo.
En 1853 lo encerraron en las tinajas de San Juan de Ulúa. Al poco tiempo lo trasladaron a Veracruz donde lo embarcaron en nave de bandera española rumbo al destierro en Cuba donde trabajó en una fabrica de puros. Juárez llegó a La Habana y se trasladó a Nueva Orleans, lugar dónde buscó el apoyo de las logias masónicas locales. Juárez allí conoció a Melchor Ocampo y otros refugiados que habían sido desterrados o simplemente eran perseguidos políticos del dictador. Todos ellos se reunían en esa ciudad en secreto para planear un golpe de Estado en contra de Santa Anna.[3]
Juárez consiguió trabajo en una fábrica de puros como obrero con un sueldo miserable. Sin embargo, encontró el amparo de Emile La Sere, un rico comerciante de origen haitiano y del diputado/empresario John Slidell, accionista y gerente de la Lousiana-Tehuantepec Co, empresa que buscaba crear una vía del tren hacia el istmo de Tehuantepec para importar y exportar bienes. Al prestarle la ayuda económica con la que Juárez y a los otros exiliados liberales vivían en buenas condiciones, los comerciantes extranjeros esperaban que se les retribuyera cuando llegaran al poder.[3]
Carrera a la Presidencia
En su exilio Juárez quería apoyar a la revolución que se estaba planeando en Ayutla. Así que logró embarcarse a Panamá para luego llegar a Acapulco. Se le dio primero un humilde puesto de escribiente.[3]
Sin embargo, como Juárez apoyó al Plan de Ayutla, proclamado en 1854, y asesoró al cacique acapulqueño, Juan N. Álvarez, logró que éste llegara a ser presidente provisional, por encargo de los liberales,. Sin embargo, Juan N. Álvarez al alcanzar la presidencia, nombró a Benito Juárez ministro de Justicia e Instrucción Pública en 1855.[3]
En esta época expidió la Ley Juárez, oficialmente conocida como Ley sobre administración de Justicia y orgánica de los tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios. Ésta ley coartaba los derechos de militares y eclesiásticos, como suprimir los tribunales "especiales" que tenían ambos organismos. Mas no fue una solución completa como la que firmaron posteriormente Ignacio Comonfort y Sebastián Lerdo de Tejada en la que se separaba la Iglesia del Estado. La Ley Juárez simplemente era un esbozo de algo que tenía que llegar más completo.
En 1855, durante el gobierno de Ignacio Comonfort, fue primero gobernador de Oaxaca, para después ser nombrado Ministro de Gobernación y Presidente de la Suprema Corte de Justicia. En diciembre de ése mismo año, durante el golpe de estado ocasionado por conflictos entre conservadores que apoyaban a la iglesia y liberales que habían apoyado la separación Iglesia-Estado, Juárez fue apresado por las fuerzas del propio Comonfort. La razón fue la duda de los golpistas ante su posición, ya que Juárez nunca se declaró abiertamente en contra ni a favor del conflicto, irónicamente causado por la ley que él mismo había ayudado a sentar las bases.[3]
Sin embargo, el propio Comonfort, quien había organizado su propio golpe de estado contra su gobierno, acudió un mes después a pedirle a Juárez su ayuda, ya que tanto liberales como conservadores no habían llegado a ningún acuerdo y el gobierno se debilitaba cada vez más. Así que Juárez fue a Guanajuato a ver al General Manuel Doblado, quien era gobernador del estado, para organizar otro golpe de estado. Sin embargo, éste, junto con otros gobernadores, ya había desconocido a Comonfort y nombrado como sustituto al propio Juárez, mientras que Zuloaga en la ciudad de México también se rebelaba en contra de Comonfort y de los liberales. Esto ocasionó la Guerra de los Tres Años.[3]
En 1858, Benito Juárez se convirtió en Presidente de la República por primera vez. Tuvo que huir de Guanajuato donde fue nombrado, a Guadalajara, Colima y Manzanillo escapando de Zuloaga quien estaba apoyado por el ejército y el clero, clases afectadas por las leyes promulgadas durante el mandato de Comonfort, basadas en la Ley Juárez.
Juárez movió su gobierno entre los distintos estados, siendo perseguido por el ejército federal y con ínfimos recursos. Su gobierno formó inicialmente una milicia de unos cuantos cientos de hombres, entre los que se encontraban muchos de sus amigos exiliados de Nueva Orleans, como Melchor Ocampo.[3]
Mientras realizaban una reunión de gabinete un oficial lo traiciona y embiste junto con algunos soldados la reunión ordenando a sus soldados preparar armas, Juárez se levanta de su silla y se coloca de frente pidiendo le disparen al pecho. Guillermo Prieto en un arrebato se coloca delante de Juárez y grita: "Los valientes no asesinan", continua: "Si quieren sangre, tomen la mía pero no toquen al presidente". El oficial envaina su espada y se retira junto a su tropa. Ante el avance de las tropas federales llega Juárez y su gobierno al pacífico donde se ve forzado a embarcarse junto con su gabinete y quienes le acompañaban rumbo a Panamá y de ahí cruza al Océano Atlántico para viajar hacia La Habana y luego a Nueva Orleans. En todos estos puntos le aplaudían y recibía muestras de admiración por defender su causa. En Nueva Orleans la prensa lo aborda incesantemente.
Allí ven a Domingo de Goicuría, un traficante de armas cubano con el que entablan negociaciones que a la fecha no están claras.[3]
En 1858 llegó Juárez a Veracruz, donde el Gobierno de Manuel Gutiérrez Zamora le era afín junto con el Gral. Ignacio de la Llave. Al llegar al Puerto de Veracruz ya lo esperaba su esposa e hijos en el muelle junto con gran parte de la población que en ese día se desbordó al Malecón para recibir al presidente constitucional. Allí pasó varios meses sin sobresaltos hasta el ataque de Miramón.
Juárez sostuvo admirablemente su gobierno contra conservadores y franceses entre 1862 y 1867 peregrinando por México y los Estados Unidos.
El 15 de julio de 1867 regresó triunfalmente a la ciudad de México, gracias al apoyo de los Estados Unidos logrando fusilar a Maximiliano, General Mejia y al joven Macabeo a Miramón . Cuando se celebraron las elecciones, ya que Juárez no era electo, sino provisional, la Iglesia contribuyó a su triunfo al prohibir votar a los feligreses.
Para tener una buena política con sus hermanos latinos, expulsó a varios ministros latinoamericanos del país, entre ellos los de Guatemala y Ecuador, por supuestas alianzas con los conservadores. También expulsó al ministro español y a los nuncios apostólicos.[cita requerida]
Ante la fragilidad del gobierno juarista, los conservadores Félix María Zuloaga y Leonardo Márquez tenian oportunidad para recuperar el poder. Ante ésto, Juárez solicitó al congreso facultades extraordinarias. Los miembros liberales del congreso se negaron, con el principal argumento de que haber colocado al país bajo una constitución había costado una guerra muy sangrienta y ahora no era posible que Juárez que había impulsado dicha Constitución ahora quisiera violar los principios de legalidad dándose facultades de virtual dictador. Sin embargo, dos grupos de conservadores atraparon a Ocampo y a Santos Degollado, respectivamente, y los mataron, desviando la atención de los liberales en el congreso cambiando la opinión de éstos decidiendo otorgar dinero y permisos a Juárez para acabar con ellos.
Tuvo unas finanzas excepcionales durante su mandato. Su gobierno arrojó un déficit presupuestario de 400,000 pesos mensuales. Sólo logró recaudar un millón de pesos de la venta de las propiedades de la Iglesia.
Juárez y la peregrinación de su gobierno republicano
Luego de haber efectuado una sesión extraordinaria del Congreso de la República donde se le dieron poderes especiales a Juárez y el Congreso decretó la suspensión de trabajos hasta nuevo aviso seguido de una sesión solemne que acabó en el Zócalo capitalino con miles de mexicanos que fueron a despedir a Juárez, el 31 de mayo de 1863, Juárez abandonó la capital junto con una gran caravana para llevar consigo el Gobierno de la República hacia el norte a salvo de los invasores. En la caravana iban los principales ministros de Juárez así como muchas carretas cargadas de papeles que contenían los archivos de la nación. La caravana era custodiada por unas tres centenas de soldados bien pertrechados.
Al pasar la caravana de Juárez cerca de Dolores Hidalgo, Guanajuato, Juárez ordenó desviarse hacia tal población. Ahí se efectuó una reunión con el jefe municipal y los pobladores. Juárez visitó la casa de Miguel Hidalgo que se encontraba en buenas condiciones, allí el jefe municipal le hizo saber al presidente que tal anciano que se veía por ahí era el que custodiaba la propiedad además de que éste había sido amigo de Miguel Hidalgo. Juárez se acercó al hombre que pretendió reclinarse ante Benito, pero este lo detuvo y le dijo que era él quien debiese reclinarse ante el viejo por ser un héroe de la independencia. Juárez le preguntó al hombre sobre cómo era Don Miguel a lo que este respondió que era un hombre extraordinario. Juárez le dijo que él luchaba por los mismos ideales que Hidalgo.
Juárez llegó a San Luis Potosí donde intentó rehacer su gobierno. El había decretado una ley el 25 de enero del año anterior donde eran traidores todos los que apoyaran con armas, tomaran puestos del gobierno de los invasores. También todo el que pidiera la abolición de las Leyes de Reforma era traidor.
Los franceses entraron a la capital mexicana sin disparar un solo tiro, ya que Juárez y su gabinete estaban gobernando sabiamente desde San Luis Potosí. De ahí se cambió estratégicamente a Monterrey y a Saltillo. Echó al cacique por medio de sus contactos, para luego perder las ciudades ante los franceses. Juárez había enviado a Margarita y sus hijos a Nueva York, Estados Unidos, donde recibió el apoyo de Matías Romero y el Secretario de la Embajada de México en aquel país que seguí funcionando. Luego de recibir en la estación de ferrocarril a Margarita y su familia, Matías Romero los instaló en una casa en los suburbios. Las órdenes de Juárez habían sido conseguirles una casa suficiente pero modesta. Inmediatamente Matías Romero encargó a Margarita y su familia a su secretario y partió a la Ciudad de Washington donde se entrevistó con el Srio. de Estado. La encomienda de Juárez era asegurarse que los Estados Unidos estuvieran del lado de la República y en contra del imperialismo francés. Abraham Lincoln presidente norteamericano en ese entonces tenía grandes problemas en medio de la Guerra de secesión que se entablaba entre el norte y el sur del país. Matías Romero consiguió que el Srio. de Estado norteamericano pidiera a su embajador ante España que influyera para evitar que ese país apoyara la empresa francesa en México. Para ello se amenazó a España en que si insistía en apoyar la invasión a México, los Estados Unidos tendrían que intervenir a favor de la República.
Maximiliano se dirige a México y escribe una carta a Juárez invitándole a participar en su gobierno imperial. Juárez le contesta desde la Ciudad de Monterrey el 1 de marzo de 1864 rechazando tal propuesta, denostándolo por ser un agente de Napoleón (III) y advirtiéndole que la historia los juzgará.
Juárez se mudó a Coahuila y a Chihuahua poco después con cada vez menos apoyo. Maximiliano y su esposa Carlota luego de una gira por Europa llegaron a la ciudad de México.
El General Jesús González Ortega que había sido leal a la causa de la República y había combatido en Puebla a los invasores franceses, era titular de la Secretaria de la Guerra y de la Suprema Corte de la Nación. González Ortega combatió el avance francés hacia el norte sin éxito.
Juárez se establece en Chihuahua
El General Jesús González Ortega que había sido leal a la causa de la República y había combatido en Puebla a los invasores franceses, era titular de la Secretaria de la Guerra y de la Suprema Corte de la Nación. González Ortega combatió el avance francés hacia el norte sin éxito.
Juárez se establece en Chihuahua
En 1864 el presidente Benito Juárez y sus ministros Sebastián Lerdo de Tejada, José María Iglesias y Miguel Negrete arriban a territorio chihuahuense e instalan el gobierno republicano.[7] En Chihuahua la república gozaba de bastante apoyo tanto del gobierno como del pueblo. Exactamente un año antes de que terminara el período constitucional de Benito, González Ortega entró a la oficina de Lerdo de Tejada preguntando si se le entregaría la presidencia ese día o al siguiente argumentando que la Constitución de 1857 no era muy clara al respecto a lo que Lerdo le pidió unas horas para responder. Lerdo acudió a hablar con el Presidente Juárez de tal reclamación. Éste le contó al presidente sobre la reclamación de González Ortega además de decirle que González Ortega era corrupto pues tenía pruebas de que había desviado fondos para el ejército republicano para sí mismo. La conclusión fue que González Ortega se confundió pues el período constitucional de Juárez terminaba hasta un año después. La confusión fue debido al hecho de que Juárez había ocupado la presidencia de forma interina, pero ese tiempo no contaba dentro del período constitucional. En la tarde González Ortega tocó a la oficina de Lerdo y al pasar este le aclaró el asunto. González Ortega no tuvo más que decir y ante tal ridículo se fue al poco tiempo con su hermano a Norteamérica en un autoexilio.
En Nueva York, Pepito, uno de los hijos de Benito yacía enfermo de pulmonía debido a los fuertes fríos que azotaban aquella región. De esto había tenido noticia Don Benito. Estados unidos se encontraba en guerra civil. Matías Romero por tren a Nueva York y junto con otros funcionarios de la embajada fueron a ver a Margarita y a su enfermo. Cuando llegaron los recibió Pedro Santacilia,[8] yerno de Margarita que vivía allí con su esposa y tenía la encomienda de Juárez de velar por la familia. El niño Pepito acababa de fallecer. La temperatura rondaba los 12 grados bajo cero. La casa estaba sumamente fría debido a que la leña y los víveres en general escaseaban mucho en aquel invierno y en medio de la guerra. Lo poco que había era sumamente caro y el hogar de Margarita no contaba con esos recursos. La escena era desgarradora según contó Don Pedro. Margarita gritaba inconsolable abrazando el cuerpo. Los funcionarios de la embajada esperaron en la Sala. Don Pedro tuvo que usar los muebles como leña para calentar un poco la casa.[9] Margarita se opone a realizar los funerales de su hijo en "esa ciudad ajena" (Nueva York) y decide embalsamar el cuerpo hasta poderlo enterrar en su tierra, Oaxaca. Pedro Santacilia entera de esto a Benito a lo que éste le replica que ella (Margarita) es su madre y sabe lo que hace. Tal disposición violaba las leyes sanitarias de Nueva York como Matías Romero se lo hizo saber a Pedro Santacilia.
Durante febrero de 1865 Juárez es avisado de la tragedia lo que lo aparta una semana de su oficina en Chihuahua. Sus colaboradores lo animan y a la vez se asombran del temple de aquel indígena, en especial su Secretario de Hacienda José María Iglesias y su Secretario de Gobernación Miguel Lerdo de Tejada.
El 21 de marzo de 1865, sus colaboradores y el gobernador de Chihuahua le organizan una fiesta de cumpleaños, Juárez al enterarse señala que no quiere que se gaste ni un centavo del erario en ninguna fiesta, a lo que le replican que no lo harán, que los gastos serán personales. Ante tal realidad Juárez acude al evento organizado a las 18.00, donde asistieron unas 800 personas.
Por su parte, en Norteamérica las tropas al mando de Abraham Lincoln toman la capital del Sur y derrotan al general Robert E. Lee. Matías Romero presenta las felicitaciones del gobierno de la República Mexicana en los primeros lugares al presidente Abraham. Al poco tiempo Abraham es asesinado. El parque sobrante de la guerra en norteamérica sería de mucha utilidad para la República y contra el imperio francés.
Maximiliano en la Ciudad de México informaba a su gabinete que el país estaba pacificado y que en pocos días el ejército imperial entraría a Chihuahua para acabar con Juárez. Napoleón manda el retiro de algunos miles de efectivos ya que en Francia sufría el embate del congreso por los excesivos gastos que representaba la invasión de México. El Gral. Basaine al mando del ejército francés desde antes que tomara el puesto Maximiliano le advierte a éste que el retiro de tropas fortalecerá a Juárez.
Maximiliano celebra su cumpleaños en la Ciudad de México. En el ambiente hay una gran satisfacción porque la República, Juárez y los brotes insurrectos de republicanos a lo largo del país, se suponen aniquilados. Con esto se celebra además del cumpleaños el triunfo de la monarquía. Maximiliano en agradecimiento al mariscal francés y comandante en jefe del ejército monárquico Basaine le regala a éste una mansión para que la habite con su esposa mexicana conocida entre la corte como Pepita.
La ciudad de Chihuahua centro de la lucha
Ante el inminente ataque francés, Juárez y su gobierno destruyen la papelería importante para que no cayese en manos francesas. En una madrugada de mayo de 1865 los franceses atacan de madrugada Chihuahua al mando del General Agustín E. Brincourt. La ciudad es bombardeada y se defiende tenazmente pero finalmente cae en manos de los franceses. Sin embargo, Juárez y su gabinete habían logrado ser evacuados a salvo escapando rumbo al norte. Mientras tanto algunos generales republicanos combatían heroicamente el avance francés. El general Brincourt obliga a los republicanos a firmar acta de sumisión al imperio. El gobierno de la República reducido a un pequeño número de personas llega a Villa Paso del Norte, lo que hoy es Ciudad Juárez, Chihuahua. Al ser perseguidos por los franceses tienen que huir a lo que Lerdo de Tejada le dice a Benito que deben de escapar a Estados Unidos a lo que Juárez contesta que eso equivale a darse por vencidos y aniquilar la República. Juárez pregunta señalando una serranía si aquello aún es territorio nacional a lo que un militar oriundo de aquella región le asegura que si. Juárez ordena moverse para allá a pesar que le advirtieron que no había nadie allí, sólo matorrales, víboras y demás alimañas. A esta serranía hoy se le conocer como Sierra de Juárez (Chihuahua). Los franceses al llegar son informados que Juárez cruzó la frontera lo que da por terminada la persecución y lo que informan a la Ciudad de México.
El 14 de agosto de 1865 queda establecido en la Villa de Paso del Norte el gobierno nacional.[10]
Las fuerzas republicanas retoman la Ciudad de Chihuahua (capital). Chihuahua por lo que los franceses abandonan la Ciudad el 29 de octubre.[7]
Los franceses planean retomar por sorpresa la Ciudad de Chihuahua pocos días antes de la navidad de 1865. José María Pérez Esquivel, telegrafista septuagenario se entera del plan francés y manda a avisar a Juárez. Juárez y su gobierno logran huir a tiempo hacia el norte. El 11 de diciembre las fuerzas francesas retoman la capital. Los franceses capturan al José María Pérez Esquivel y luego de golpearlo lo mandan fusilar. La mañana del 24 de diciembre de 1865 José María Pérez Esquivel es fusilado ante la gran indignación del pueblo chihuahuense en contra de los invasores.
Los militares Manuel Ojinaga, Manuel Díaz Mori (hermano de Porfirio Díaz) y otros militares están con Juárez en la defensa de su gobierno errante. En la huida hacia el norte el gobierno de la república piensa detenerse en el lugar llamado El ojo de la laguna, pero Luis Terrazas, gobernador de Chihuahua les da alcance para persuadirlos de que deben continuar la marcha durante toda la noche buena y la madrugada de navidad pues los franceses los persiguen. La comitiva continua su marcha. Terrazas advierte que algunos indígenas de la región se pasaron al lado imperialista por lo que la comitiva deberá cuidarse también de estos. Llegan al desierto de Samalayuca. El 28 de diciembre de 1865 llegan a la frontera siendo perseguidos por los franceses a menos de un día de camino. Muchos persuaden a Juárez de cruzar la frontera, pero este tomando un puño de tierra en la rivera del Río Bravo exclama que prefiere refugiarse en algún cerro agreste y morir con la bandera en el pecho que abandonar el suelo patrio. Todos entienden el mensaje y se ordena a la pequeña tropa que los acompañaba hacerle frente a los franceses.
Juárez siempre luchó por la igualdad, la libertad, la legalidad y la democracia, siempre ante situaciones adversas y casi siempre con inferioridad de fuerzas, pero aun cuando era derrotado, sabía como animar a sus hombres.
El defender sus ideales de libertad y justicia terminó llevándolo por un camino difícil y lleno de peligros, y una vez en él, tuvo incontables oportunidades para abandonarlo, sin embargo, libró los obstáculos que se le fueron presentando.
Por todas estas razones, y muchas otras más, Benito Pablo Juárez García es una de las figuras más importantes dentro de la historia mexicana, además de ser el único presidente de México con raíces totalmente indígenas.
Juárez siendo de familia humilde, sin conocer ni una palabra del español y con muchas adversidades, alcanzó los más grandes logros políticos y personales, convirtiéndose en un ejemplo para los mexicanos; esto igualmente le valió ser nombrado Benemérito de las Américas (título que se le otorga por su lucha por las libertades del pueblo y la patria, además de por su defensa a la libertad).
A pesar de haber fallecido hace más de 100 años, sus ideales, leyes, pensamientos, luchas y preocupaciones por lograr la libertad y justicia en México permacen en la conciencia de éste país y posiblemente de América.