El tatarabuelo Francmasón de la Reina Sofía de España
Ha sido el pianista Ingo Dannhorn, profesor de la Academia de la Música de Wiesbaden, el que ha rescatado de los Archivos Reales las partituras que compuso Jorge V de Hanover (1819-1878), el tatarabuelo de la Reina Sofía, y quién se encargó de interpretar este viernes después de 150 años
El concierto se celebró en la antigua acería Stahlwerk Georgsmarienhütte, al norte de Alemania, la misma que fundó el propio rey, y en la que el músico ofrecerá un concierto para que esta faceta desconocida de Jorge V vuelva a escucharse en público.
Su Majestad Doña Sofía Margarita Victoria Federica
Princesa de Grecia y Dinamarca, Reina consorte de España
Según ha contado Dannhorn a la prensa, las partituras ya “fueron interpretadas por el propio rey” para su círculo más cercano. "Sus propias composiciones no eran con seguridad de primera clase", señaló, quien comentó que, sin embargo, resultan muy románticas y variadas, en algunos casos con claras influencias de Chopin, Mendelsohn o Schubert.
El último rey de Hanover, que perdió su trono ante Prusia en el proceso de unificación de Alemania y tuvo que exiliarse a Austria, era un apasionado de la música, a la que dedicaba sus ratos libres a raíz de perder la vista por una enfermedad.
"Con ardiente amor trato de hacerme a la música desde temprana juventud. Es para mí una deliciosa compañera y un consuelo en la vida", escribió en una de sus cartas el monarca, que cedió forzosamente su reino a Prusia en 1866 tras su derrota en la batalla de Langensalza.
Jorge V de Hanover era primo carnal de la reina Victoria de Gran Bretaña y miembro de esa casa real, de la que llegó a ser el segundo en la línea de sucesión hasta el nacimiento del primer vástago de su prima. Asimismo, también es el tatarabuelo de la Reina Sofía, es decir, el abuelo de su madre, Federica de Hannover.
Francmasón y gran maestro de la Gran Logia de Hanover hasta su disolución en 1866, falleció en el exilio en París en 1878 y sus restos mortales descansan en la cripta de la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor.
Fuente: VANITATIS