Gran Maestro de la Masonería chilena en la lucha por cambiar una institución del más absoluto secreto a una apertura total
Fecha de publicación: 29-07-2009
¿Nos puede informar el procedimiento que se aplica en la elección del Gran Maestro?
La elección de Gran Maestro se produce cada cuatro años, y considerando nuestras normas, la reelección del Gran Maestro que se encuentra en ejercicio de su primer cuadrienio, cuando la Asamblea constituida por los Presidentes y Ex Presidentes de Logias así lo estima conveniente.
¿Usted presentará nuevamente su postulación?
Estamos en el ejercicio del cuadrienio presente, y si la Asamblea lo considera pertinente, podremos continuar por otro cuadrienio, en pos del ordenamiento interno, cumplir las tareas inconclusas, y el reforzamiento de nuestra docencia iniciática.
Después de la experiencia de la Universidad La República, ¿la Gran Logia tiene algún proyecto en el ámbito de la educación superior?
Es nuestro deber reiterarle, que nuestra Institución no tuvo, ni tiene vínculos con la ULARE. Hubo ex miembros de la Orden y otros que no, en su gestión, y de todos son conocidas las resoluciones adoptadas por la Orden, contra quienes estuvieron vinculados a los hechos. Quizás en algún tiempo, no muy lejano, la Orden como Institución, pueda someter a estudio un proyecto vinculado a la Educación, por supuesto con una Facultad de Educación y una de Filosofía, que son el sello masónico, y que nunca tuvo la mencionada.
¿Hay diferencias para usted, desde el punto de vista de la Masonería, entre los dos principales candidatos a la presidencia de Chile?
Al respecto nuestro predicamento es, que todo lo que es bueno para la democracia, es bueno para la Masonería. Más allá, ante un “cambio en el orden mundial”, lo que necesitamos es elegir gente capacitada y transparente. Profesionales que estén dispuestos al servicio público, con principios y valores que entreguen el sello de la equidad, para todos los hombres y mujeres, independiente de sus particulares creencias u opiniones. Debemos estar unidos y dispuestos al trabajo mancomunado, pues esa es la sociedad del futuro. Las izquierdas y las derechas se olvidaron de mirar adelante, y el péndulo de la historia les pasó la cuenta. Cayó el socialismo soviético, y hoy asistimos a la caída del sistema imperialista. El mundo ha cambiado, la gente ya no quiere más de lo mismo, y tampoco quiere volver a las viejas trincheras del pasado. En la actualidad se está perfilando un tipo de hombres transparentes, con un alto sentido social, y una tremenda sensibilidad con el medio ambiente. Ese es el mundo que viene. Ese es el gran desafío para nuestros futuros gobernantes. Esa es la responsabilidad que habrá de afrontar América, y Chile, en el afianzamiento de un liderazgo positivo en la región.
¿Cuál fue el momento o situación más difícil que le tocó enfrentar en estos años en su calidad de Gran Maestro?
Cada momento tiene su afán; como le expresara anteriormente, estamos asistiendo a un “cambio en el orden mundial”, un cambio en las preferencias, en la madurez emocional del hombre, en su desarrollo científico técnico, y en su búsqueda espiritual. Cuando los ciclos de la historia traen consigo esta especie de partos sociales y sicológicos, es cuando también suceden todo tipo de ajustes, caídas de mitos, de creencias, y de paradojas. Los sistemas entran en una entropía irreversible, que anuncia un cambio de época, de perspectivas, y de rescate de los valores. Esta situación pone en dificultades a todos los sistemas establecidos, más aun a los sustentados en doctrinas transversales, y que tienen relación con el ámbito económico, la explotación indiscriminada de recursos, y la misma explotación del hombre por el hombre. La masonería no está ajena al fenómeno, pues está constituida por hombres, y lo que le afecte a estos, también afecta a la Masonería. Nuestra Orden, como toda Institución sustentada en Valores Atemporales y Éticos Universales, desde ellos se auto genera, y se limpia, y ante las irregularidades, hay que tener el tino, la firmeza, y la responsabilidad decidida de hacerlo. No son las situaciones las difíciles, es más bien, el tener clara visión del proceso en que nos encontramos, y tener la convicción que hay que enfrentarlo, y procurar estar en la avanzada para cooperar en el proceso civilizatorio. Esa es la tarea en la que estamos abocados.
Fuente: Cambio 21