150.000 miembros en la Francmasonería de Francia

martes, 9 de agosto de 2011

150.000 miembros en la Francmasonería de Francia


La masonería en Francia reúne a importantes cargos del Estado, del Gobierno, la economía y la educación, si bien se habla muy poco de ello. Borloo, jefe del Partido Radical, encarna la tradición masónica en el seno de la República. Y sus apoyos fueron Claude Guéant, secretario general del Elíseo, y también Neri Proglio, patrón de EDF (Electricité de France), “que niega ser un iniciado pero que con ello hace reír a todo París”.
Días después, Jean-Louis Barloo organizó en los salones de Aveyron, en París, un ‘almuerzo republicano’ con 800 personas. Tradicionalmente, ese almuerzo reúne a los ‘hermanos’ y sus amigos, defensores de la laicidad, para conmemorar la ley de separación de la iglesia y el Estado. Los amigos de las logias no faltaron a la mesa. “Los que lo asumen y los que lo callan. Alain Bauer, anterior gran maestre del Gran Oriente, hoy consejero oficioso de Sarkozy para asuntos de seguridad. Xabier Bertrand, presidente del Partido Radical de izquierda. Serge Lepeltier, primer vicepresidente del partido radical de Valoi. Patrick Ollier, recién nombrado ministro encargado de relaciones con el Parlamento y Gerard Larcher, presidente del Senado…”.

  • Xabier Bertrand. Ministro de Asuntos Sociales. Iniciado en el Gran Oriente de Francia, se puso en retirada cuando ocupó su primer puesto gubernamental, en 2004.
  • Brice Hortefeux. Ministro del Interior, siempre se ha cuidado desmentir su pertenencia a la Gran Logia Nacional Francesa, que ya no frecuenta.
  • Marie-Luce Penchar. Ministra de Ultramar, tiene por qué: su madre, Lucette Michaux-Chevry, exponía en su mansión de Basse-Terre numerosos objetos masónicos.
  • Henri de Raincourt. Ministro de Cooperación. Fue introducido en la GLNF por un alto funcionario del Senado, donde era presidente de grupo. Ser francmasón es casi obligatorio para ser ministro de Cooperación.
  • Patrick Ollier. Ministro de Relaciones con el Parlamento. Incluso aunque no hubiera ingresado, no duda en saludar a sus colegas con discreto “salud, hermano” (salut petit frère).