Carta del Gran Maestre de la Argentina, nuestro último documento antes de la Asamblea

jueves, 9 de junio de 2011

Carta del Gran Maestre de la Argentina, nuestro último documento antes de la Asamblea


Una intensa actividad corona la finalización de nuestro período de gobierno para el que fuimos elegidos por el pueblo masónico hace tres años. Esta Carta constituye nuestro último documento antes de la Asamblea en la que rendiremos cuentas y ofreceremos nuestra colaboración para el próximo período.


Estamos satisfechos por la tarea desarrollada, se han cumplido treinta y dos de las 33 propuestas que sometimos a la consideración de los masones argentinos en 2008.


Precisamente este medio, Masonería Net, dirigida a masones y no masones, forma parte de un renovado plan de comunicaciones de la Gran Logia de la Argentina adoptado como consecuencia del concepto que la engloba, es decir, el acercamiento de nuestra Institución a la sociedad.


Ése ha sido y es uno de los ejes centrales de nuestra tarea en los últimos tres años. La nueva política de puertas abiertas, reconocida por la permanente presencia en los medios nacionales y provinciales de comunicación, ha permitido desbaratar viejas leyendas respecto de la masonería, sus ritos y la actitud de sus miembros. El intercambio franco, sumado a la apertura de nuestra sede, el Palacio Cangallo, que data de 1872, donde organizamos un intenso plan cultural abierto a todo público (tenidas blancas) ha permitido que muchos “hombres libres de buenas costumbres” se acerquen a la masonería, disfruten de los espectáculos y consulten acerca de la naturaleza, los fines y el trabajo de nuestra Institución.


Mujeres y varones también visitan otras sedes de la masonería, en la Capital Federal y el interior del país, a la luz de un incipiente “turismo masónico” que se desarrolla con creciente número de interesados como ocurre en otras ciudades del mundo, entre ellas Boston, Estados Unidos, pionera en la materia.


El resultado de esta actividad, narrada someramente en este espacio, es el incremento de la membresía, un 60% en tres años, la apertura y reapertura de logias en todo el país que, en otras palabras, nos permite afirmar con orgullo que al cierre del período la Masonería Argentina ha recobrado su presencia en todas las provincias además de la Capital Federal.


Este fuerte crecimiento se enriquecerá en el futuro inmediato si así lo decide el pueblo masónico con nuevos instrumentos de comunicación y el refuerzo de la actividad internacional, tal como lo reflejó nuestra reciente participación en las reuniones que se cumplieron en Guayaquil (Ecuador), Bucarest (Rumania) y Cartagena de Indias (Colombia).

Ahora nos proponemos que nuestra revist Símbolo también cuente con una edición de revista-libro con referato, para que publiquen sus trabajos y reflexiones los talentos más importantes de nuestro país y vuelvan a dejar su huella de libre pensamiento. También nos proponemos abrir y consolidar el diálogo entre masones alejados entre sí por las distancias geográficas y consolidar de esa y otras maneras la convicción de una masonería de fuerte acento federal. Otro tanto ocurrirá con el Observatorio de la Ciudadanía y el instituto Laico de Estudios Contemporáneos, que funciona en la nueva sede del barrio de Boedo.


La masonería universal cumplirá dentro de pocos años el tricentenario de su etapa especulativa. Ya hemos lanzado el desafío de pensar qué significa ser masón en el siglo XXI a la luz de los acelerados procesos de cambio que vive la humanidad en su conjunto, muchas veces con enormes desigualdades humanas, económicas y sociales. Con todo, la expectativa de vida se extiende, los elementos virtuales como Internet y las redes sociales tienden a paliar la crisis de la relación personal, nuevos paradigmas se suman al torrente de la vida en nuestro país y el mundo. Los masones tenemos la obligación de estudiar los nuevos fenómenos, comprenderlos y tratar de explicarlos porque hacen al desarrollo íntimo de cada uno y al desenvolvimiento de una nueva sociedad global.


Reciba mi saludo cordial y fraterno


Ángel Jorge Clavero
Gran Maestre