EN SALTA, LAS ESCUELAS PUBLICAS ENSEñAN CATECISMO COMO MATERIA OBLIGATORIA Y UN GRUPO DE MADRES YA RECLAMA
El impulso y soporte lo dan el ministro de Educación salteño, Van Cawlaert, y el Opus Dei. Los alumnos deben rezar, escribir oraciones a la Virgen y si no cursan la asignatura, son discriminados. Tampoco reparten los cuadernillos de educación sexual.
El Opus Dei tiene su feudo en Salta. De la mano del ministro de Educación, Leopoldo van Cawlaert, se imparte catecismo en las escuelas primarias públicas como materia con calificación, las alumnas y alumnos rezan antes de ingresar al aula y tienen que escribir en sus cuadernos cada día una oración a la Virgen María. “Gracias, María, por este hermoso día”, “María, ayúdanos a tener voluntad para estudiar”, “María, ayúdanos a ser buenos compañeros”, son algunas de las oraciones que se pueden leer en un cuaderno de primer grado, por ejemplo, de la escuela Justo José de Urquiza, de la capital. También los obligan a dibujar un corazón con la frase: “Dios, te quiero”. Un grupo de madres que pretende una educación laica recurrió a la Justicia para que se prohíba la religión católica: sus hijos son tildados de “no católicos” si no cursan la asignatura, sufren discriminación y no reciben actividades pedagógicas alternativas, argumentan en el recurso de amparo que presentaron con el patrocinio de la ADC.
La causa está ya en el Superior Tribunal de Justicia de la provincia. Al mismo tiempo, el ministro Van Cawlaert se niega a repartir a los docentes los cuadernillos elaborados por el Ministerio de Educación de la Nación para dar educación sexual integral, pero sí promueve que reciban formación en la temática en cursos dictados por la Universidad Católica de Salta, y a través de un manual redactado por “especialistas” de la Universidad de Navarra, de España, propiedad del Opus Dei, en el que –entre otros conceptos aberrantes– se desaconseja hablar a los estudiantes secundarios sobre el uso del preservativo y se afirma –en línea con la doctrina del Vaticano– que no es un método seguro para prevenir el contagio del VIH y que, por el contrario, favorece la difusión del sida.
Desde el Foro Educativo en Defensa de la Educación Pública, que integran académicas, activistas sociales y por los derechos humanos, reclamaron al ministro que se imparta educación sexual integral como marca la Ley Nacional 26.150, sancionada por el Congreso en 2006. Pero todavía no recibieron respuesta. Para beneplácito de la jerarquía católica local, además, hace seis años que no está reglamentada la ley de Sexualidad Responsable, en los centros de salud escasea la consejería en anticoncepción, faltan métodos y se ponen trabas para que las mujeres jóvenes puedan acceder a un DIU o a una ligadura de trompas, aun cuando tienen varios hijos, según denunciaron a Página/12 las ONG que forman parte de la Multisectorial de Mujeres de la provincia.
A fines de diciembre de 2008, el Senado salteño sancionó una nueva ley de Educación, la 7546, que incorporó como obligatoria la educación religiosa en las escuelas primarias. La polémica normativa, promovida por el gobernador justicialista Juan Manuel Urtubey, retomó el texto de la Constitución provincial que en su artículo 49 sostiene que los padres y en su caso los tutores “tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban en la escuela pública la educación religiosa que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. Pero tal como advertía este diario que sucedería, ya en febrero de 2009, en lugar de una asignatura en la que se aborden distintas creencias, los chicos y chicas reciben compulsivamente religión católica y ninguna otra opción.
A diferencia de la educación sexual integral, que es ley en el país hace cuatro años y todavía no llega a las aulas salteñas, desde el Ministerio de Educación provincial rápidamente se modificó la currícula para incluir la educación católica como una asignatura más, con calificación en el boletín, advirtió en diálogo con este diario la docente Elena Rivero, miembro del Foro Educativo en Defensa de la Educación Pública. Hace pocas semanas, el Foro elevó al ministro Van Cawlaert una nota, donde reclaman la implementación “inmediata” de la educación sexual integral, tal como establece no sólo la norma nacional sino también la propia Ley de Educación de la provincia, en su artículo 8 inciso “u”. Además le pidieron una audiencia para discutir el tema. Pedirán un “pronto despacho”, dado que todavía no han tenido ninguna contestación.
A comienzos de año, precisó Rivero, el Ministerio de Educación organizó en la Universidad Católica de Salta un curso de formación docente sobre educación sexual, en donde se impartieron –como era esperable– contenidos acordes con la doctrina católica, pero alejados del conocimiento científico. Además, a través de un convenio entre autoridades oficiales y la Cámara del Tabaco, la entidad imprimió unos cuadernillos que se están entregando gratuitamente a las docentes secundarias para prepararse para dar educación sexual, con la visión del Opus Dei: el Manual de sexualidad. Vida y salud para padres y docentes, al que accedió Página/12, fue redactado por tres “especialistas” vinculados con la Universidad de Navarra, con sede en Pamplona, enclave del Opus Dei: entre ellos, la matrona Inmaculada Serrano, profesora de la Escuela de Enfermería, y Jokin de Irala, subdirector del Instituto de Ciencias para la Familia, de esa casa de altos estudios. El tercer autor es Ignacio Gómara, doctorado en la misma universidad y profesor del colegio secundario Miravalles-El Redín, de Pamplona, ligado al Opus.
El manual considera a la actividad sexual en la adolescencia como “preocupante” y “asociada a diferentes efectos negativos sobre la salud”. A continuación afirma: “Varios estudios señalan que en los últimos años, junto al aumento de la utilización de preservativos, asistimos también al aumento de la transmisión homosexual del sida y de otras infecciones de transmisión sexual (ITS), especialmente entre jóvenes”. Es decir, según el manual que el Ministerio de Educación salteño promueve que llegue a los docentes, el uso del condón favorece el contagio del VIH en lugar de evitar la transmisión del virus, como indica la OMS y otras fuentes científicas reconocidas. En el cuadernillo también se asegura que el adelantamiento del inicio de las relaciones sexuales está asociado “a un aumento de la multiplicidad de parejas (promiscuidad)” (sic). Son algunos de sus conceptos.
Como contrapartida, el ministro Van Cawlaert rechazó los manuales de educación sexual integral para docentes recientemente presentados por el Ministerio de Educación de la Nación, en línea con la Ley Nacional 26.150. Y consideró su envío a Salta y a otras jurisdicciones como “una falta de respeto a la autonomía provincial”.
Los no católicos
Mientras demora la llegada de una educación sexual integral a las aulas salteñas, velozmente se incorporó la educación religiosa, aunque en lugar de garantizar la pluralidad de creencias, como dice la Ley de Educación provincial, en la práctica se utiliza esa asignatura obligatoria “como dispositivo de reproducción de la religión hegemónica”. Es decir, la Católica Apostólica Romana. Este es uno de los ejes del recurso de amparo colectivo que acaban de presentar nueve madres con hijos en escuelas públicas, que reclaman para ellos una educación laica. Con el patrocinio jurídico de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), las madres, que prefieren mantener sus nombres anónimos para evitar que sus hijos sufran alguna represalia, denunciaron que los alumnos y alumnas que no siguen las clases de Religión Católica son sometidos a “situaciones degradantes” como el “trato discriminatorio”, que en algunas escuelas se traduce en que llegan a ser tildados como “no católicos”.
También señalan que los chicos y chicas pueden no ir a cursar la asignatura, pero no reciben alternativas pedagógicas y tienen que deambular por el patio o, en el mejor de los casos, concurrir a la biblioteca, pero sin que sea parte de un programa educativo. “En consecuencia, los niños y niñas permanecen en el aula, por miedo a recibir la desaprobación por parte de maestra y compañeros/as”, dice el recurso de amparo. A lo que deben sumar el rezo obligatorio en la mayoría de las escuelas públicas. Entre las pruebas adjuntadas, hay fotocopias de diversos cuadernos infantiles, de Matemática y Lengua donde aparecen las cotidianas oraciones a la Virgen María, escritas después de la fecha de cada día, apuntes de la cuestionada materia, referidos a la Biblia, al Antiguo y Nuevo Testamento, y sobre los Diez Mandamientos, entre otros temas, y el manual que se utiliza en algunas aulas, que no es ni más ni menos que un libro de catequesis, tal como pudo observar este diario.
El amparo colectivo pide además que se declare la inconstitucionalidad de la Ley de Educación y de la Constitución salteña, que avalan la enseñanza religiosa obligatoria. El planteo fue presentado ante el juez Marcelo Domínguez, titular de la Sala III de la Cámara Civil y Comercial, pero el magistrado se declaró incompetente. Actualmente, el caso está en manos del Superior Tribunal de la provincia. Este diario intentó entrevistar al ministro de Educación, pero no obtuvo respuesta. En declaraciones periodísticas, Van Cawlaert defendió la enseñanza católica en escuelas públicas y responsabilizó a la falta de intereses de otros credos el hecho de que sólo se dicte catecismo.
Fuente: Pagina 12
El Opus Dei tiene su feudo en Salta. De la mano del ministro de Educación, Leopoldo van Cawlaert, se imparte catecismo en las escuelas primarias públicas como materia con calificación, las alumnas y alumnos rezan antes de ingresar al aula y tienen que escribir en sus cuadernos cada día una oración a la Virgen María. “Gracias, María, por este hermoso día”, “María, ayúdanos a tener voluntad para estudiar”, “María, ayúdanos a ser buenos compañeros”, son algunas de las oraciones que se pueden leer en un cuaderno de primer grado, por ejemplo, de la escuela Justo José de Urquiza, de la capital. También los obligan a dibujar un corazón con la frase: “Dios, te quiero”. Un grupo de madres que pretende una educación laica recurrió a la Justicia para que se prohíba la religión católica: sus hijos son tildados de “no católicos” si no cursan la asignatura, sufren discriminación y no reciben actividades pedagógicas alternativas, argumentan en el recurso de amparo que presentaron con el patrocinio de la ADC.
La causa está ya en el Superior Tribunal de Justicia de la provincia. Al mismo tiempo, el ministro Van Cawlaert se niega a repartir a los docentes los cuadernillos elaborados por el Ministerio de Educación de la Nación para dar educación sexual integral, pero sí promueve que reciban formación en la temática en cursos dictados por la Universidad Católica de Salta, y a través de un manual redactado por “especialistas” de la Universidad de Navarra, de España, propiedad del Opus Dei, en el que –entre otros conceptos aberrantes– se desaconseja hablar a los estudiantes secundarios sobre el uso del preservativo y se afirma –en línea con la doctrina del Vaticano– que no es un método seguro para prevenir el contagio del VIH y que, por el contrario, favorece la difusión del sida.
Desde el Foro Educativo en Defensa de la Educación Pública, que integran académicas, activistas sociales y por los derechos humanos, reclamaron al ministro que se imparta educación sexual integral como marca la Ley Nacional 26.150, sancionada por el Congreso en 2006. Pero todavía no recibieron respuesta. Para beneplácito de la jerarquía católica local, además, hace seis años que no está reglamentada la ley de Sexualidad Responsable, en los centros de salud escasea la consejería en anticoncepción, faltan métodos y se ponen trabas para que las mujeres jóvenes puedan acceder a un DIU o a una ligadura de trompas, aun cuando tienen varios hijos, según denunciaron a Página/12 las ONG que forman parte de la Multisectorial de Mujeres de la provincia.
A fines de diciembre de 2008, el Senado salteño sancionó una nueva ley de Educación, la 7546, que incorporó como obligatoria la educación religiosa en las escuelas primarias. La polémica normativa, promovida por el gobernador justicialista Juan Manuel Urtubey, retomó el texto de la Constitución provincial que en su artículo 49 sostiene que los padres y en su caso los tutores “tienen derecho a que sus hijos o pupilos reciban en la escuela pública la educación religiosa que esté de acuerdo con sus propias convicciones”. Pero tal como advertía este diario que sucedería, ya en febrero de 2009, en lugar de una asignatura en la que se aborden distintas creencias, los chicos y chicas reciben compulsivamente religión católica y ninguna otra opción.
A diferencia de la educación sexual integral, que es ley en el país hace cuatro años y todavía no llega a las aulas salteñas, desde el Ministerio de Educación provincial rápidamente se modificó la currícula para incluir la educación católica como una asignatura más, con calificación en el boletín, advirtió en diálogo con este diario la docente Elena Rivero, miembro del Foro Educativo en Defensa de la Educación Pública. Hace pocas semanas, el Foro elevó al ministro Van Cawlaert una nota, donde reclaman la implementación “inmediata” de la educación sexual integral, tal como establece no sólo la norma nacional sino también la propia Ley de Educación de la provincia, en su artículo 8 inciso “u”. Además le pidieron una audiencia para discutir el tema. Pedirán un “pronto despacho”, dado que todavía no han tenido ninguna contestación.
A comienzos de año, precisó Rivero, el Ministerio de Educación organizó en la Universidad Católica de Salta un curso de formación docente sobre educación sexual, en donde se impartieron –como era esperable– contenidos acordes con la doctrina católica, pero alejados del conocimiento científico. Además, a través de un convenio entre autoridades oficiales y la Cámara del Tabaco, la entidad imprimió unos cuadernillos que se están entregando gratuitamente a las docentes secundarias para prepararse para dar educación sexual, con la visión del Opus Dei: el Manual de sexualidad. Vida y salud para padres y docentes, al que accedió Página/12, fue redactado por tres “especialistas” vinculados con la Universidad de Navarra, con sede en Pamplona, enclave del Opus Dei: entre ellos, la matrona Inmaculada Serrano, profesora de la Escuela de Enfermería, y Jokin de Irala, subdirector del Instituto de Ciencias para la Familia, de esa casa de altos estudios. El tercer autor es Ignacio Gómara, doctorado en la misma universidad y profesor del colegio secundario Miravalles-El Redín, de Pamplona, ligado al Opus.
El manual considera a la actividad sexual en la adolescencia como “preocupante” y “asociada a diferentes efectos negativos sobre la salud”. A continuación afirma: “Varios estudios señalan que en los últimos años, junto al aumento de la utilización de preservativos, asistimos también al aumento de la transmisión homosexual del sida y de otras infecciones de transmisión sexual (ITS), especialmente entre jóvenes”. Es decir, según el manual que el Ministerio de Educación salteño promueve que llegue a los docentes, el uso del condón favorece el contagio del VIH en lugar de evitar la transmisión del virus, como indica la OMS y otras fuentes científicas reconocidas. En el cuadernillo también se asegura que el adelantamiento del inicio de las relaciones sexuales está asociado “a un aumento de la multiplicidad de parejas (promiscuidad)” (sic). Son algunos de sus conceptos.
Como contrapartida, el ministro Van Cawlaert rechazó los manuales de educación sexual integral para docentes recientemente presentados por el Ministerio de Educación de la Nación, en línea con la Ley Nacional 26.150. Y consideró su envío a Salta y a otras jurisdicciones como “una falta de respeto a la autonomía provincial”.
Los no católicos
Mientras demora la llegada de una educación sexual integral a las aulas salteñas, velozmente se incorporó la educación religiosa, aunque en lugar de garantizar la pluralidad de creencias, como dice la Ley de Educación provincial, en la práctica se utiliza esa asignatura obligatoria “como dispositivo de reproducción de la religión hegemónica”. Es decir, la Católica Apostólica Romana. Este es uno de los ejes del recurso de amparo colectivo que acaban de presentar nueve madres con hijos en escuelas públicas, que reclaman para ellos una educación laica. Con el patrocinio jurídico de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), las madres, que prefieren mantener sus nombres anónimos para evitar que sus hijos sufran alguna represalia, denunciaron que los alumnos y alumnas que no siguen las clases de Religión Católica son sometidos a “situaciones degradantes” como el “trato discriminatorio”, que en algunas escuelas se traduce en que llegan a ser tildados como “no católicos”.
También señalan que los chicos y chicas pueden no ir a cursar la asignatura, pero no reciben alternativas pedagógicas y tienen que deambular por el patio o, en el mejor de los casos, concurrir a la biblioteca, pero sin que sea parte de un programa educativo. “En consecuencia, los niños y niñas permanecen en el aula, por miedo a recibir la desaprobación por parte de maestra y compañeros/as”, dice el recurso de amparo. A lo que deben sumar el rezo obligatorio en la mayoría de las escuelas públicas. Entre las pruebas adjuntadas, hay fotocopias de diversos cuadernos infantiles, de Matemática y Lengua donde aparecen las cotidianas oraciones a la Virgen María, escritas después de la fecha de cada día, apuntes de la cuestionada materia, referidos a la Biblia, al Antiguo y Nuevo Testamento, y sobre los Diez Mandamientos, entre otros temas, y el manual que se utiliza en algunas aulas, que no es ni más ni menos que un libro de catequesis, tal como pudo observar este diario.
El amparo colectivo pide además que se declare la inconstitucionalidad de la Ley de Educación y de la Constitución salteña, que avalan la enseñanza religiosa obligatoria. El planteo fue presentado ante el juez Marcelo Domínguez, titular de la Sala III de la Cámara Civil y Comercial, pero el magistrado se declaró incompetente. Actualmente, el caso está en manos del Superior Tribunal de la provincia. Este diario intentó entrevistar al ministro de Educación, pero no obtuvo respuesta. En declaraciones periodísticas, Van Cawlaert defendió la enseñanza católica en escuelas públicas y responsabilizó a la falta de intereses de otros credos el hecho de que sólo se dicte catecismo.
Fuente: Pagina 12