Porque asesinaron al Mariscal Sucre

viernes, 4 de junio de 2010

Porque asesinaron al Mariscal Sucre


Por el Hermano José Miguel Salas Mejías
Para entender las razones que llevaron al asesinato del Mariscal Antonio José de Sucre, conviene examinar someramente la situación que atravesaba "Colombia"; poco antes de decidirse su desintegración. Por lo menos desde 1826 era una aspiración bastante generalizada entre las élites política y militares de colombia, hoy venezuela y Ecuador. Por eso no era extraño los movimientos de oposición a partir de esos años entre 1827, 1828 hasta 1830 en contra del Liberatador Simón Bolívar.
Sucre, por su parte era partidario de conservar la integridad colombiana, apoyando el proyecto de redactar una nueva constitución que confiriera a cada territorio la potestad confederativa que garantizara la propiedad, la libertad y que diera a los ciudadanos garantías efectivas del cumplimiento de las leyes.
En noviembre de 1829 Sucre partió de Quito rumbo a Bogotá, investido como diputado por la provincia de Cumaná al congreso que debería reunirse para decidirse el destino de Colombia. El 20 de enero de 1830 se instaló el llamado Congreso Admirable, teniendo como presidente al Mariscal Sucre. Allí tuvo la oportunidad de dar a conocer sus ideas y de reconmendar al Libertador que no renunciara a la presidencia de la República hasta que el congreso no aprobara la constitución y nombrara los magistrados.
Conocida en Bogotá la resolución del gobierno venezolano de separarse de la República, el congreso nombró una comisión integrada por Sucre, José María Estevés, obispo de Santa Marta y vicepresidente del congreso, y el diputado Francisco Aranda. Los comisionados debían comunicar al gobierno venezolano las resoluciones acordadas en favor de mantener su integridad.Ante la negativa de impedir el paso los comisionados más allá de la Grita, éstos optaron por regresar a la Villa del Rosario de Cúcuta y esperar la llegada de los enviados de Caracas: general Santiago Mariño, Martín Tovar Ponte e Ignacio Fernández Peña. Realizadas las conversaciones, entre el 18 y el 21 de abril, sin llegarse a resultados concretos, los comisionados emprendieron el regreso a Bogotá, a donde arribaron el 05 de mayo. En Bogotá, Sucre se enteró de la proscripción hecha contra Bolívar y de él como su heredero político, todo lo cual desengañó y llevó a reafirmar en su retiro de toda actividad pública para dedicarse a la vida familiar al lado de su esposa Mariana Carcelén y Larrea, y de su pequeña hija Tereza.
Existen pruebas suficientes de que fueron los enemigos políticos del Libertador y de todo proyecto que implicara la continuación de la unidad colombiana, quienes planearon y encargaron al general José María Obando, comandante general del Cauca para realizar el asesinato del Mariscal Sucre. Para ese entonces se reunía un grupo conspirador en Bogotá, integrado por Manuel Antonio Arrublas, Ángel María Flores, Vicente Azuero, Luis Montoya, Genaro Santa María y otros.
Ellos se proponían disolver la unión colombiana y crear de la Nueva Granada una República independiente que llamarián (Colombia). Esto a toda costa, así tuvieran que usar la fuerza o eliminar a las personas necesarias.
Para ese entonces el general Juan José Flores, recien encargado por una asamblea del mando supremo de Quito, temía que con la llegada de Sucre la Asamblea Constituyente próxima en ese momento a reunirse, nombrara al cumanés presidente de la nueva República. Por tal razón estuvo de acuerdo con la acción planificada por Obando para no dejar salir a Sucre con vida de la Nueva Granada.
El 13 de mayo de 1830 el Mariscal Sucre salió de Bogotá acompañado por 06 personas: el diputado por Cuenca Andrés García Téllez, el sargento de caballería Ignacio Colmenares, su asistente el sargento Lorenzo Caicedo, un sirviente de nombre Francisco y 02 arrieros encargados de las mulas de cargas. La lenta marcha los llevó a pasar por varios pueblos y caserios hasta llegar a Popayán a fines del mismo mes.
El día 28 continuaron el viaje, no sin antes escuchar las advertencias de varias personas sobre el peligro que corría la vida del Mariscal si seguían la marcha hacia Pasto. Mientras tanto, ya Obando tenías las acciones previamente calculadas. Había recibido a Manuel Guerrero, emisario secreto del general Flores, planificando los hechos juntos con el general José Hilario López y el comandante Mariano Antonio Álvarez.
Encargaron las operaciones al coronel Apolinar Morillo quien junto a José Erazo y el coronel Juan Gregorio Sarria, quien llegaba de Quito al Pasto, en el sitio denominado Salto de Mayo, donde Erazo tenía una pequeña posada de obligada parada. Allí mismo contrataron al resto de los hombres: a Juan cuzco y los soldados licenciados del ejército Andrés Rodríguez y Juan Gregorio Rodríguez. El plan era sencillo: esperarían a Sucre hasta matarlo con pedazos de plomo cortados a cincel que les llevó Morillo.
El 01 de junio llegó la caravana de Sucre al pueblo de Mercaderes, el 02 se alojaron en la posada de Venta Quemada en Salto Mayo, acomodándose para descansar varias personas en poco espacio. Allí encontraron al temible José Erazo. El 03 partieron hacia la Venta, donde extrañamente se toparon de nuevo con Erazo a quien había dejado en esa casa, por lo que entraron en sospecha.
El día 04 de junio partieron temprano; adelante los acompañantes, Sucre siguió después y Caicedo se quedo en la posada. Una hora después de haber salido, en el desfiladero en la curva del Cabuyal y la Jacoba, Sucre fue asesinado de 04 tiros sucesivos dirigidos a la cabeza, el cuello y el pecho. Al día siguiente su asistente Caicedo con la ayuda de varias personas sepultó el cádaver en un claro de la selva denominado la "Capilla". El día 06 desenterraron el cádaver personas enviadas por Obando, entre ellas el médico Alejandro Floot, para verificar su fallecimiento. Enterada su esposa Mariana por Caicedo del trágico suceso, mandó a trasladar los despojos de su esposo de manera secreta para darles sepultura en la secuela de su hacienda.
Se sabe que en 1830, después de haber dado un golpe de estado el general Rafael Urdaneta, como presidente de Colombia, ordenó iniciar un proceso contra los implicados, concretamente contra Obando y López, pero al dejar la presidencia al año siguiente, las averiguaciones se paralizaron y las pruebas se extraviaron misteriosamente. En 1839, casi una década después del crimen, a raíz de haber sido hecho prisionero Erazo, se retomó el proceso. Interrogado Morillo, confesó los pormenores del hecho, mencionando a las personas implicadas y aclarando que había actuado por orden de Obando.
El 18 de agosto de 1842 un Consejo de Guerra sentenció a Morillo a la pena capital y recomendó al poder ejecutivo solicitar en extradicción a Obando y varios de sus cómplices; quienes se habían refugiado en territorio peruano. La suprema Corte Militar propuso al poder ejecutivo la conmutación de la pena contra Morillo, lo cual no fue aceptado por el presidente de la Nueva Granada Pedro Alcantara Herrán.
Así, el 30 de noviembre del mismo año, Morillo fue fusilado en la plaza mayor de Bogotá, convirtiéndose con esto en el único condenado por el crimen del Gran Mariscal de Ayacucho.
Actualmente, en la sede del Archivo Histórico del estado Sucre, ubicado en la calle Montes aqui en Cumana se encuentra el cuadro al oleo de Mariana Cárcelen y Larrea como adolescente y novia del Mariscal Sucre, que es un cuadro apócrifo no muy conocido ni en Ecuador, Colombia ni Venezuela.