Los 80 años del Falke
Por nuestro Hermano José Miguel Salas Mejías
A las seis de la mañana del día domingo 11 de agosto de 1929, la ciudad colonial de Cumaná, estaba en plena calma y silenciosa. Apenas 13 días Cruz María Salmerón Acosta se había ido de este mundo material al mundo espiritual, no pudo ver al Falke pasar por la península de Araya rumbo a Cumaná aquella madrugada, lastima que el poeta del azul no vivió aquellos acontecimientos revolucionarios de ser así como revolucionario de la poesia hubierá estado en Cumaná aquellas horas decisivas con un mauser en las manos junto a su amigo y compañero de estudio como lo fue Armando Zuloaga Blanco.
Lastima que otro revolucionario no allá estado en Cumaná, me refiero a Andrés Eloy Blanco para ese momento estaba preso en el castillo de Puerto Cabello. Una horas después del desembarco y de las primeras escaramuzas en el muelle de Cumaná, Doroteo Flores le grita a Román Delgado Chalbaud, de un lado a otro de la calle Larga que conduce a la ciudad, amparado detrás de unas ruinas: "Vamos a hacernos fuertes aquí, vamos a esperar a Pedro Elías". Delgado le contesta: "Yo no he venido a esperar a nadie, he venido a pelear". Tras estas palabras, ordena el avance de tres columnas: unos 90 hombres dirigidos por los generales Francisco Linares Alcántara, Doroteo Flores y José María Carabaño. Aquella mañana, tan llena de grandes esperanzas para los defensores de la libertad, embriagados de inusitada alegría, saltaron de la expresada nave para luchar con bravura contra la opresión y la tiranía.
¿Cómo se explica este rápido fracaso? cuatro días antes, el 7 de agosto, todos los presidentes de estados con costas marinas habían sido advertidos de la llegada de un barco denominado Falke, de 213 pies de largo, con unos pocos expedicionarios a la cabeza Román Delgado Chalbaud. Gómez y su eficaz servicio de espionaje internacional, en este caso por vía del embajador de Venezuela en Berlín, Dr. Eduardo Dagnino, ya estaba avisado de la aventura de Delgado, de sus dos mil fusiles, cuatro ametralladoras, veinticuatro revólveres y 1286 cajas de municiones, según registra Carlos Emilio Fernández en su libro: "Hombres y sucesos de mi tierra".
Por su parte el general Emilio Fernández, nombrado preventivamente por Gómez en la presidencia del estado Sucre por su lealtad y combatividad, sabía de los movimientos de los Aristiguieta y al encargarse en mayo de ese mismo año 1929, llama a Francisco de Paula, hermano de Pedro Elías, para comunicarle que tenía ordenes del presidente general Gómez de hacerlo preso a la menor sospecha, tal como lo narra Carlos Emilio Fernández en su citada obra.
Casi cuatro horas duró el enfrentamiento, en la lucha de estos últimos resultaron muertos el general Delgado Chalbaud, el Dr. Armando Zuloaga Blanco y varios extranjeros entres franceses, alemanes y polacos, heridos de gravedad el capitán Luis Rafael Pimentel y el general Doroteo Flores. Por parte del gobiernohubo varios muertos y heridos de gravedad el general Emilio Fernández recibió una herida de mauser entre la espalda y el pecho, así consta en la auptosía hecha, a los pocos instantes después de su fallecimiento su cadáver fue trasladado a la casa de la familia Malaret donde se le hizó el respectivo velatorio y luego fue enterrado en el patio del hospital Alcalá, en donde hoy día está ubicado el museo Gran Mariscal de Ayacucho.
Finalmente cerca de la una de la tarde entra a Cumaná Pedro Elías Aristiguieta acompañado de 70 hombres armados juntos con los hermanos Gómez Rubio, Pedro María Yegres y un coronel que se desconoce su nombre apodado "Guacharaco" atacarían por Caigüire, después de atrevesar la península de Araya en la noche del 10 de agosto, embarcarse en la Angoleta y atravesar el golfo de Cariaco. Pero finalmente, gracias a la llegada desde Cumanacoa de los generales Agustín Rodríguez y Panfilo Castro, los rebeldes toman Cumaná. Se retiran Pedro Elías y su gente, perseguidos por fuerzas del gobierno. En Cumaná se pelea los días 11, 12 y 13 de agosto el general Enrique Tovar Díaz sustituye con entereza a Fernández ya muerto para aquellos días resistía el ataque de los revolucionarios.
Se retiran las fuerzas insurgentes por el ataque aéreo de esos días. Los aviones llegaron varios días a Cumaná con el objetivo de atacar al Falke, los cumaneses les tenía pavor y se encerraba en sus casas al escuchar el ruido o verlos pasar, más miedo le tenían a los aviones que al combate que se desarrollaba en la ciudad, nos narra Tomás Torres y Tranquilino Saud, cronista de Cumanacoa en entrevista realizada por este servidor.En la población de Santa Ana, ubicado sobre Carúpano, ambas fuerzas se sorprenden de nuevo y salen derrotadas las del gobierno, Pedro Elías Aristiguieta es herido de muerte.
Morirá días después en Carúpano el 27 de agosto de 1929, en medio de un gran reconocimiento popular al ser enterrado en su Cumaná natal; después de diez años de exilio. Con él enterraron la posible democracia en Venezuela.