Principios de la filosofía andina

sábado, 7 de marzo de 2009

Principios de la filosofía andina


Una respuesta a la pregunta de los que se inician en la escuela de la Qhapaqkuna sobre ¿Cuál es el abc de la filosofía andina?, la podemos comenzar a explicar por ejemplo, si buscamos en el origen de Manco Cápac y Mama Ocllo, que como todos sabemos fue la gran pakarina o lago sagrado del Titicaca, líderes de los pueblos de navegantes y pescadores que surcaban el lago, según Huaman Poma fueron integrantes de la estirpe de los “Amaro Runa”, y es muy seguro que allí en el lago sagrado construyeron en algunas islas o dentro del mismo lago, algunos “artefactos” o herramientas culturales que nos han dejado como una guía para nuestra educación.
Analicemos algunas encontradas en la isla de Amantani, pues es imprescindible para los hombres andinos saber claramente en qué se diferencia nuestra filosofía andina de la filosofía occidental-colonialista. Aquí me voy a referir a la isla de Amantani en nuestra pakarina mayor, en donde hoy mismo existe el culto y los Templos o plazoletas hundidas, u “horizontes artificiales” que servían como observatorios; la plazoleta cuadrada o “Pachatata” y la circular o “Pachamama”; instrumentos de observación astronómica solar-diurna y estelar-nocturna respectivamente; que expresan la dicotomía cosmogónica andina y que sirvieron en algún momento de nuestra historia para la observación astronómica, la construcción de calendarios y la conceptualización y control del tiempo, pero siempre en forma binaria, dicotómica, complementando y confrontando proporcionalmente las dos partes que forman lo existente.

Artefactos similares, pero mucho mas evolucionados en su simbología y en su funcionalidad los tenemos también en los Templos del Hanan Qosqo o “Muyucmarka” en Saccayhuaman en complemento con el Templo del Urin Qosqo o Koricancha, ambos en la ciudad sagrada del Cusco, templos que daban “soporte” religioso y político a los dos líderes que encabezaban el “racimo” de gobernantes que tenia la confederación concéntrica y binaria de los Inkas.
Ambos templos ancestrales que nos hablan del culto al padre Wiracocha o Pachatata (o padre-cosmos) y al culto de la madre Pachacamac o Pachamama (o madre-cosmos), eran a la vez centros ceremoniales religiosos y políticos de gobierno de un Estado “racimo” compuesto por miles de Ayllus o familias extensas ordenados en el sistema circular-concéntrico de la “Tawa”, cuyas estructuras sociales y políticas según el científico Jhon Earls fueron calibradas “a imagen y semejanza del universo celestial”, al haber ajustado los ciclos sociales y políticos que por su naturaleza son irregulares, de mayor entropía o de mayor incertidumbre, a los ciclos astronómicos que son movimientos regulares o de entropía cero. En este juego binario de templo cuadrado-solar y templo circular-estelar, debemos descubrir sus relaciones o leyes de complementación y proporcionalidad, si es que queremos entender el conjunto de ambos sistemas, y sobre todo de saber cómo funcionan juntos.
Uno de los elementos de “ajuste” o relación de los dos sistemas es indudablemente la diagonal de un cuadrado inscrito en un círculo, puesto que esa diagonal es la línea de proporcionalidad entre los lados de un cuadrado, y a su vez es también el diámetro que es el único elemento de proporcionalidad con el perímetro del círculo. Precisamente cuando se quiere encontrar el cuadrado y el círculo que tengan el mismo perímetro, en realidad queremos encontrar la pareja perfecta o el PAR-PRIMORDIAL que en el Qhapaq Simi o lengua Puquina –ancestro del Quechua y del Aymara- esta representado por la pareja “illawi” o“Idolo” Puquina de Ilave, que representa un varón mirando al oriente y una mujer mirando al poniente, ambos envueltos de serpientes “coas” y “asirus”.
Al encontrar esta relación de proporcionalidad de la pareja-primordial, de la relación simbólica de “Pachatata” y “Pachamama” surge la operación geométrica de obtención de la cruz cuadrada o cruz del Tiawanacu, o Tawa-Chakana que es una operación relativamente sencilla, pero que encierra los secretos de la cosmogonía, filosofía y de las ciencias andinas.
Esta cruz andina es la “Tawa-chakana” que significa precisamente “cruz-puente” de comunicación entre uno y el otro cosmos, dado que vivimos en un cosmos PAR, o lo que es lo mismo: Existimos en un “duo-verso”, que es un concepto diferente al monomaniaco y excluyente “universo” de la cultura occidental. En este concepto “par” del cosmos binario y “su puente” que es la Tawa-Chakana existe una ruta de interrelación que es el QHAPAQ ÑAN, que esta marcada por la diagonal o “gran diagonal” según nos ubiquemos en “uno” o en los “tres Pachas”.
Esta “ruta”, escuela o disciplina hacia la perfección, es tal porque solo quien logra entenderla y vivirla, es decir, cuando se logra encontrar la relación y reconocimiento con EL PAR VERDADERO se adquiere la SABIDURÍA que es el único PODER REAL de los seres humanos. A este “Par” los Incas lo simbolizan como un “hermano mellizo” doble perfecto o de “oro puro”: El Waukke; mientras los Mayas lo llaman: El Nagual.
Solo actuando “de la mano con El Waukke” o el Nagual, se puede encontrar y sobre todo transitar el camino de la justeza, de la corrección y de la exactitud. Es decir, el camino de la sabiduría y de la paz que es el camino de los Qhapaq, la ruta o disciplina de los justos, de los correctos, de los exactos, de los nobles; de los hombres consagrados al cuidado del equilibrio del mundo, de la vida y de la naturaleza, que es el método cosmogónico y escuela vital de la ciencia andina.


Javier Lajo