MENSAJE DEL SOBERANO GRAN COMENDADOR ORLANDO BENITO ROJAS LOPEZ

lunes, 2 de marzo de 2009

MENSAJE DEL SOBERANO GRAN COMENDADOR ORLANDO BENITO ROJAS LOPEZ



Desde este Supremo Consejo de Soberanos Grandes Inspectores Generales del Grado 33, último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para la República de Nicaragua, bajo el zenit de la Bóveda Celeste situado a 86 grados y 12 minutos de longitud Oeste del meridiano de Greenwich y a 12 grados y 17 minutos de latitud Norte, en mi carácter de Gran Comendador, envío a todos los hermanos masones un triple abrazo fraternal.

El Supremo Consejo Centroamericano fue fundado en Costa Rica el 9 de enero de 1871 reconocido por el Gran Oriente de Cartagena, Nueva Granada, hoy Colombia; y, trasladó su sede a Guatemala el 6 de junio de 1887 en donde trabaja desde hace 120 años. El día 26 de octubre de 1958 acordó constituir el Supremo Consejo de Nicaragua y no fue sino hasta 3 años después, el 15 de septiembre de 1961 que otorgaron la correspondiente Carta Patente.

Desde entonces, hace ya 46 años, El Supremo Consejo del Grado 33 de Nicaragua que me honro en presidir, ha venido laborando incansablemente. El trabajo no ha sido fácil pero la ilustración, ecuanimidad y sabiduría de los Grandes Inspectores Generales, en cada época y en cada momento de la vida, han sabido tomar la decisión correcta, dirigir la obra y sostenerla esplendorosa.

Autorizamos los textos de esta página para informar a los hermanos nicaragüenses y extranjeros sobre nuestras actuaciones con el único objetivo de brindar información veraz para que los
investigadores desechen las falsedades de nuestros detractores, y los personalismos malintencionados de algún inconforme, y los intentos de plagiar nuestras directrices y sus órganos de dirección, creando cuerpos paralelos.

No forzamos a nadie a creer en nuestros principios pero los exponemos para bien de la humanidad con la esperanza de que puedan obtener los beneficios de una vida digna y laboriosa. Tampoco revelamos ninguno de los secretos que estamos obligados a guardar ni acontecimientos que la prudencia manda callar. Los hechos relatados ocurrieron y son parte de la historia y si se saben, es porque todo aquello que se hace queda hecho para siempre.

Os saluda el Soberano Gran Comendador