lunes, 23 de marzo de 2015

DISCURSO COMPLETO PRONUNCIADO POR EL MRGM FERNANDO RIVERA GARIBALDI CON MOTIVO DEL NATALICIO DE BENITO JUAREZ

Maestro Gilberto Hirata Chico, Presidente Municipal de Ensenada.
Autoridades Civiles y Militares
QQ.’.HH.’.
Señoras y señores:

Hoy, una vez más nos reunimos para celebrar y reflexionar las enseñanzas de uno de los mayores reformadores de la historia nacional: Don Benito Pablo Juárez García.

Benito Juárez es sinónimo de los más grandes valores cívicos: honestidad y patriotismo; confianza en nosotros mismos; tesón, para salir adelante; para mejorar la propia vida con base en la constancia, el estudio, el trabajo y la responsabilidad, a pesar de cualquier tipo de desventaja y obstáculo.

Debería ser también ejemplo para quienes tienen el honor y privilegio de servir a la patria.

Su vida estuvo orientada por la decisión de servir a los demás; por la vocación de preferir, siempre, el interés de todos; por la capacidad de poner en perspectiva amplia los problemas nacionales; por entender que cada uno tiene un papel que jugar, para contribuir al crecimiento de la Nación.

A partir de esa orientación, nos dejó las que quizás sean sus mayores lecciones: actuar en consecuencia y sin titubeos. Creer que el nuestro debía ser una participación activa para generar un país de leyes e instituciones fuertes.

Hoy, en tiempos de reforma y cambio, su ideario está vigente y sigue siendo el gran reformador que nos orienta, el padre fundador que delineó al Estado Nación, como lo hemos conocido por generaciones.

El legado del Juárez estadista no puede verse alejado de la función Publica.

Juárez fue un estadista respetuoso y cuidadoso de la exacta aplicación de la ley, hasta el extremo y el sacrificio personal. Juárez entendía bien que en las formalidades de la ley, descansa la dignidad y credibilidad de la República.

La visión juarista, adelantada por más de ciento cincuenta años a su tiempo, sentó las bases para la construcción de un México soberano, moderno, de un México, de instituciones y de leyes, sin castas ni fueros privilegiados. Un México, en el que a partir del principio de igualdad, todos estamos bajo una misma ley, que a todos protege y a todos obliga. Sin importar la religión en la que creemos, la ideología política que profesemos, las preferencias personales que nos definen.

La lección fue, como siempre, exacta: sacrifiquemos lo que sea necesario: los intereses personales; los intereses partidistas; los intereses políticos; los intereses económicos; para así, desde la constitución y la ley proteger, y ponderar entre todos, los derechos de todos.

No el abuso del poder, paso previo al autoritarismo y a la impunidad. No a la creencia de que la ley puede cumplirse a capricho.

Los liberales queremos que imperen los valores y principios constitucionales. Estamos conscientes de que el valor social de largo plazo es la justicia, basada siempre en la constitución y las leyes. Lo civilizado y lo correcto es construir un Estado ético, laico, limpio y justo, que no viole los derechos humanos de nadie.

Hoy, los mexicanos queremos un país de leyes e instituciones; un país de libertades y derechos, iguales para todos.

Hoy, nuestro México, tiene que ser el mejor México Hoy, que una vez más, el país enfrenta un intenso proceso de transformación.

Hoy, los Liberales seguimos estando dispuestos: a ver siempre por el interés superior; a poner por delante el bienestar de todos; a corregir, a costo presente, las desviaciones y los abusos del poder, que desborden los cauces constitucionales. Eso quiere la sociedad; eso nos manda la constitución y, eso, nada más eso, queremos.

Habremos de de vigilar y proponer en este proceso: con valor, inspirados en el amor a la Nación, en la creencia en un país democrático y justo, que es el país, que más nos conviene a todos.

Señoras y señores:

Combatamos la desigualdad
Hagamos que las instituciones funcionen
Combatamos la corrupción
Respetemos la división de poderes
Que el estado brinde educación laica y gratuita para todos
Cárcel para los corruptos
Respetemos la esencia de la República, que es la legalidad.
Unidos, demos la batalla, juntos, con y en la dignidad de la Ley.

Sigamos la templanza y la fortaleza moral de Juárez, entendamos que, en momentos difíciles y extraordinarios, debemos apegarnos a la ley, como fórmula de paz y de certidumbre.

Celebremos hoy a Juárez, cumpliendo, en justicia y equilibrio, con el nuevo orden constitucional del siglo XXI, que, nos acerca más, al Estado constitucional y democrático de Derecho en el que todos, todos, queremos vivir.

VIVA MÉXICO, VIVA MÉXICO
VIVA BAJA CALIFORNIA, VIVA ENSENADA
VIVA JUÁREZ, VIVA JUÁREZ


Muchas gracias.


FERNANDO RIVERA GARIBALDI