Home » Archives for marzo 2009
martes, 31 de marzo de 2009
lunes, 30 de marzo de 2009
CONFERENCIA INTERNACIONAL DE LAS OBEDIENCIAS MASONICAS LIBERALES DE JERUSALEM
5:36:00 p.m. A
DIVERGENCIAS EN LA MASONERIA RUSA
5:30:00 p.m. A
ALGO SOBRE LA MASONERIA EN MONACO
5:25:00 p.m. A
GRAN LOGIA DE ARIZONA - ACADEMIA DE EDUCACION MASONICA DE ARIZONA, EDICION 2009
5:08:00 p.m. A
En 3 - 5 de abril del 2009 e.:v.:, tendra lugar las sesiones de la Academia de Educacion Masonica del Estado de Arizona. La Academia abrira sus puertas a todos los hermanos maestros masones y a las esposas de ellos. Seran organizadas sesiones de Aprendices, Companeros y Maestros Masones, de Grandes Dignatarios, Maestros del Pasado, Secretarios etc.
XII GRAN ASAMBLEA MASONICA INTERAMERICANA
4:43:00 p.m. A
La Teoría de los Colores y la Masonería. El Color Azul
6:28:00 a.m. A
La teoría de los colores establece dos enfoques (dualidad), los colores aditivos y los sustractivos, casi como si dijéramos lo bueno y lo malo. En la teoría aditiva aparecen los colores primarios formados por una triada (Azul, Verde, Rojo), tendrán algo que ver con las tres luces que los masones conocemos?
El caso es que los colores son energía, son luz, mejor dicho los colores son la energía de nuestra Estrella (El Sol), será por eso que se dice que los humanos somos hijos del Sol?. En Ciencia como en Religión la unión de las tres energías forman la unidad básica, el Blanco, o la pureza divina Dios.
En fin si tomamos uno de esos colores el Azul, y comenzamos a ver dentro de nuestras logias que es lo éste puede simbolizar, nos vamos a encontramos que es fundamental para nuestra orden. De los diversos grados del Rito Escocés, los tres primeros corresponden a la masonería azul, que se refiere directamente a las Log.´. Simb.´. de San Juan, así es llamada por ese color a relacionarse con la espiritualidad, al orden, a la tolerancia, a la lealtad y a la honestidad, virtudes a ser desarrolladas, en lo más íntimo de los iniciados en el avance ascendente por la Escala de Jacob.
Considerándolo el color del despertar de la espiritualidad, el azul, es el único capaz de producir calma, tranquilidad, ternura, afectuosidad, paz y seguridad. Favoreciendo las actividades intelectuales y disponiendo el ánimo de los hombres a la meditación.
Biológicamente, los efectos de la aplicación del color azul por diferentes medios y sistemas, se resumen en: reducción del pulso, de la presión arterial, y de las frecuencias cardíacas y respiratorias, inhibición de la adrenalina, efecto hipnótico en el sistema nervioso central, recargando energéticamente al organismo.
Algunos consideran que el color azul es símbolo de la profundidad. Expresa armonía, amistad, fidelidad, serenidad, sosiego… y posee la virtud de crear la ilusión óptica de retroceder. Es asociado con el cielo, el mar y el aire. En conclusión es el símbolo de la eternidad de Dios e inmortalidad humana.
Q.:H.: Rafael Enrique Corrales
DIA DEL MASON - 2009 - ORIENTE DE MARACAY
2:02:00 a.m. A
Fuente: Francmasoneria Universal
La Barcelona de la masonería
1:47:00 a.m. A
domingo, 29 de marzo de 2009
259 años del natalicio del Generalisimo Francisco de Miranda
10:00:00 a.m. A
Viajó durante gran parte de su vida participando en conflictos armados al servicio de diversos países, entre los que destacan tres guerras a favor de la democracia: la Independencia de los Estados Unidos, la Revolución Francesa, acontecimiento del que fue protagonista destacado, por lo que le fue otorgado el título de Héroe de la Revolución, y las Guerras de Independencia Hispanoamericana.
Aunque fracasó a la hora de poner en práctica sus proyectos, su ideal político perduró en el tiempo y sirvió de base para la fundación de la Gran Colombia y sus ideas independentistas influyeron en destacados líderes de la Emancipación como Simón Bolívar y Bernardo O'Higgins.
Su nombre está grabado en el Arco del Triunfo en París. Su retrato forma parte de la Galería de los Personajes en el Palacio de Versalles; su estatua se encuentra frente a la del General Kellerman en el Campo de Valmy, Francia.
Logró llegar a Caracas y establecerse como comerciante de lienzos y, con el tiempo, contrajo matrimonio, el 24 de abril de 1749, en la Iglesia Catedral de Caracas, con una mujer caraqueña llamada Francisca Antonia Rodríguez de Espinoza y que también era de origen canario y necesariamente blanca, ya que de lo contrario la boda no hubiera aparecido en el registro de matrimonios y sus hijos jamás hubieran podido ir a la Universidad.
El primogénito de nueve hijos e hijas del matrimonio, Sebastián Francisco de Miranda nació el 28 de marzo de 1750 en Caracas. Sus hermanos se llamaron Ana Antonia, Rosa Agustina, Micaela Antonia, Miguel Francisco, Javier, Francisco Antonio, Ignacio José, Josefa María y Josefa Antonia.
Fue bautizado en la Iglesia Catedral de Caracas, el 5 de abril de 1750, por el Bachiller Tomás Bautista de Melo. En sus inicios, la familia Miranda era económicamente modesta y vivía dentro del grupo de colonos canarios llegados a Caracas que en costumbres, trato y nivel formaban un núcleo aparte de los Blancos Criollos, los Españoles y los Pardos; y aunque jurídicamente no estaban discriminados, socialmente no era así. Con el tiempo, la situación de la familia mejoró notablemente y, Sebastián de Miranda logró hacer fortuna como comerciante en Caracas, llegando a ser propietario de diversos inmuebles en la ciudad.
Ya en aquellos tiempos existían roces y conflictos sociales que empezaron a crear un problema de gobernabilidad en Venezuela para las autoridades coloniales, que además tenían que aliviar las secuelas negativas de la presencia de la Compañía Guipuzcoana en la provincia. En La Orotava, la familia Miranda era considerada gente distinguida e ilustre, a diferencia de Caracas. Buscaban pues allí posición social similar rehaciendo su fortuna mediante el trabajo, y/o llegando a obtener títulos académicos en la Universidad. Así, su padre logró además de hacer fortuna, ser nombrado Capitán del Batallón de Milicias de Blancos de Caracas pero por ser isleño (nativo de Las Islas Canarias) y comerciante su nombramiento produjo un fuerte rechazo de la sociedad Mantuana (Blancos Criollos, descendientes de españoles pero nacidos, como Sebastián Francisco, en territorio americano), reflejo de conflictos sociales latentes , una de las causas de la Independencia. Había cierta dosis de desprecio de los mantuanos hacia su padre por ser un comerciante, ocupación que a sus ojos lo inhabilitaba para ser Capitán de Milicias.
Desde el año 1764 hasta 1766, Miranda cursó estudios en la Clase de Mayores de la misma Universidad, donde profundiza sus conocimientos de latín mediante el estudio de los escritos clásicos de Cicerón y Virgilio, completa sus estudios de la Gramática de Nebrija, nociones de historia sagrada y profana, religión, aritmética y geografía.
Finalmente, realizó el curso de Artes en la Universidad de Caracas estudiando las materias de Lógica, Física y Metafísica para obtener el título de Bachiller con el que se iniciaba estudios en Teología, Jurisprudencia o Medicina. No se sabe de forma fidedigna si Miranda llegó a obtener el título de Médico y sólo se cuenta con su testimonio personal afirmando haberlo recibido en 1767, con 17 años pues, si es que nació en 1750, lo que no parece muy coherente.
Por testimonio personal de Miranda se sabe que algunos de sus maestros fueron los Doctores Domingo Velázquez, Francisco José de Urbina y Gabriel Lindo; todos ellos notables expertos en sus especialidades y con los que sin duda la educación básica de Miranda debió ser de una calidad notable. Sin embargo, a partir de 1767 se da una interrupción en los estudios de Miranda que posiblemente se vieron afectados por las circunstancias vividas por su padre.
El hecho de que el padre de Miranda, hubiera sido nombrado Capitán de las Milicias de Caracas siendo comerciante isleño era algo que incomodaba a los Mantuanos, pues había alcanzado una distinción social importante, al convertirse en un personaje de cierta influencia. Parece como si, éstos empezaron a crear intrigas para desacreditarle y anularle en la vida pública.
Esto desencadenó una serie de circunstancias en las que después de una sentencia real, el padre de Francisco obtuvo la victoria y sus derechos le fueron reconocidos pero le crearon una enemistad irreconciliable con los Mantuanos que nunca olvidaron el conflicto ni le perdonaron el desafío, lo que influenció inevitablemente en las decisiones posteriores de Miranda. Después de la victoria judicial de su padre, las dificultades para desarrollar planes futuros en una sociedad tan limitada como la caraqueña influyeron en que decidiera, con poco más de 20 años, marcharse a España. Embarcó pues el 25 de enero de 1771, desde el puerto de La Guaira, en una fragata sueca denominada Príncipe Federico, para servir en el Real Ejército español.
Desembarcó en el Puerto de Cádiz 35 días más tarde, el 1 de marzo de 1771, hospedándose en casa del señor José de Añino, quien sería un fiel intermediario entre él y sus parientes para procurarle recursos de subsistencia, adquiriendo la vestimenta necesaria para seguir su viaje entre el 1 y el 13 de marzo de 1771, en que partió de Cádiz a Madrid.
Desde entonces madura sus ideas concibiendo la unidad latinoamericana en sus recorridos por el mundo y en su relación con las personalidades más influyentes de la época. Combatió bravamente en América, Europa y África, salvo en Oceanía y Asia —aunque pensó en traer Cipayos de la India—, recorrió y escudriñó España y todo el continente europeo, incluyendo a Gran Bretaña, Rusia y Escandinavia; Asia Menor, América del Norte y América del Sur, Antillas Grandes y Menores. Fue el único hombre que tuvo contacto personal y directo con personalidades tales como George Washington, Napoleón Bonaparte, Simón Bolívar, Catalina la Grande, Federico II de Prusia, Duque de Wellington, José de San Martín, Robert Peel, La Fayette, Antonio José de Sucre, Estanislao II Poniatowski, Potemkin, Cochrane, Samuel Adams y Lavater.
Fue de positivos efectos su relación con personajes latinoamericanos de la categoría de San Martín, Bernardo O'Higgins, Moreno, Montúfar, Alvear, Fray Servando Teresa de Mier, Domingo José Martins, Palacio Fajardo, Roscio, Manuel y Pedro Gual, Hipólito Costa, José Bonifacio, Matías de Irigoyen y Rodríguez Peña.
En lo social, el Madrid de entonces concentraba su vida literaria en la Fonda de San Sebastián, lugar frecuentado por ilustres escritores y una actividad cultural pujante a la que la obra de la Real Academia, las sociedades económicas y el auge de las imprentas contribuyeron notablemente. La Plaza de Toros y los teatros populares eran los centros de distracción cotidianos en los que la Nobleza no podía evitar el contacto con «la plebe» y se entremezclaban las costumbres populares con las cortesanas. Y también era el Madrid en el que la Santa Inquisición vigilaba por todas partes a modo de policía cultural y política. Es en el Madrid de esta época en el que Miranda tiene sus primeras impresiones fuera de Venezuela y también comienza a crear su biblioteca personal, en la que empezó a tener incluso libros que estaban prohibidos por la Inquisición y de la que mantuvo una lista detallada en su archivo personal.
La naturaleza y el número de libros adquiridos en Madrid son una indicación precisa de que, a pesar de la presencia de la Inquisición, existía en la ciudad un ambiente intelectual muy amplio. Libros de matemáticas, arte militar, historia, religión, filosofía y literatura formaron parte de sus lecturas. Muchos de esos libros constituyeron para Miranda enseñanzas definitivas, que mantuvo cerca de él durante el resto de su vida, entre los que destacan las obras de Maquiavelo, La destrucción de las Indias, de Fray Bartolomé de Las Casas; obras de Lord Bolingbroke, Burke y Locke; Los principios del arte militar, de Federico de Suecia; La historia filosófica, del Abate Reynal; Los principios de política natural, de Burlamaqui; los Comentarios, de Julio César; El arte de la guerra, de Puyssegur; la Táctica, de Guibert; así como también obras de Pope y Virgilio.
Buscó ampliar sus conocimientos científicos y literarios con el estudio de la trigonometría, la geometría, el álgebra, la física, la óptica, la gramática, la poesía y la comedia. También complementó su cultura general con lecturas de religión e historia y mejoró sus conocimientos de los idiomas italiano, inglés y francés.
Por último adquirió una flauta para ejercitarse en el arte de la música leyendo las Reflexiones sobre la música del Abate Dubos. También se ejercitó con la geografía mediante el uso de mapas y globos terráqueos y, como quería presentarse para obtener el grado de Capitán en el Ejército real, se empeñó en estudiar táctica, arte militar, arquitectura militar, ingeniería militar, artillería, fortificación y ataque de plazas. Después de una concienzuda preparación y del pago de 85000 reales de vellón, obtuvo una Patente de Capitán según el trámite administrativo correspondiente, que le fue concedido el 7 de enero de 1773 mediante escritura notarial.
Tuvo que compaginar a la vez su vida social con su actividad militar, que ya no fue de estudio sino de combate. Enfrentó problemas disciplinarios dentro del Ejército real y su carácter fue evolucionando de forma que siguió cultivándose intelectualmente con libros que inevitablemente hicieron que la Inquisición comenzara a vigilar sus actividades. Sin embargo, es en esta época cuando tuvo lugar su primera hazaña militar destacada (La Defensa de Melilla), acontecimiento ocurrido en la ciudad española de Melilla, en África entre 7 de diciembre de 1774 y el 16 de marzo de 1775 en el que las fuerzas españolas lograron rechazar a las del Sultán Sidi Muhammed ben Abdallah, Emperador de Marruecos. En dicha acción, Miranda presentó al comandante español Juan Skarloch un plan para inutilizar a la artillería enemiga mediante una especie de operación tipo comando que él mismo estaba dispuesto a dirigir.
Después en julio de 1775, Miranda fue enviado con las tropas españolas destinadas a atacar Argel en una acción militar que fracasó y de la que logró escapar milagrosamente a pesar de estar herido en las piernas y de que su mosquete había sido destrozado por una bala enemiga.
Sin embargo, a pesar de las acciones realizadas y del peligro enfrentado, Miranda no obtuvo condecoración o ascenso alguno y fue destinado a la guarnición de Cádiz. Allí el Conde O'Reilly le impone un arresto por fallas en el uso del uniforme y poco después su situación se complicó aún más en Madrid y tras la intervención del Inspector General y de su antiguo comandante Cajigal, el mismo rey dispuso que fuera trasladado al Batallón de Aragón en Cádiz como Ayudante de campo bajo las órdenes de Cajigal.
Así Miranda participó con las fuerzas de Cajigal que salieron de La Habana el 9 de abril de 1781 para participar en la batalla de Pensacola, en la Florida en una acción militar que culminó el 8 de mayo de 1781 con una victoria sobre los ingleses tras la cual Miranda fue ascendido a Teniente Coronel por su labor en la planificación y estudio del terreno. En Pensacola, Miranda permaneció destacado un tiempo, continuó adquiriendo libros para aumentar su biblioteca personal y también compró cuatro esclavos negros como forma habitual en la época para proveerse de servicio doméstico.
Poco después Miranda fue designado por Cajigal para realizar una misión encubierta encaminada a estudiar las instalaciones militares y tropas inglesas en Jamaica bajo el pretexto formal de ser un comisionado español encargado de negociar un convenio de intercambio de prisioneros.
Después de recibir el despacho oficial encomendándole la misión, Miranda se embarcó con rumbo a Jamaica vía Batanabó y llegó a Kingston el 20 de septiembre de 1781.
Al principio su presencia provocó una natural desconfianza en los ingleses pero a pesar de ello logró realizar con éxito su misión de reconocimiento y además negoció un convenio fechado el 18 de noviembre de 1781 que reguló el canje de prisioneros españoles e ingleses del mismo rango.
Con la información obtenida, Miranda volvió a Cuba y tras tocar tierra en Batanabó, envió un informe al Capitán general de Cuba con detalles muy precisos sobre las operaciones y capacidad de las tropas inglesas del sector. Sin embargo, lo que debió culminar como una acción destacada en la carrera militar de Miranda terminó siendo empañado como consecuencia de una Sumaria de 155 hojas que la Inquisición había remitido contra él en Sevilla el 11 de noviembre de 1778 por delitos de proposiciones, tenencia de libros prohibidos y pinturas obscenas. La orden de enviar a Miranda de regreso a España en cumplimiento de la sentencia del 5 de febrero de 1782 del Supremo Consejo Inquisitorial no llegó a cumplirse debido a diversos fallos de fondo y forma en el proceso administrativo que hacían que la orden se cuestionase y también en parte por el apoyo incondicional del comandante Cajigal.
Así mientras se conseguía que el rey revisara el caso, Cajigal encomendó a Miranda la misión de acompañarle en el ataque a las islas Bahamas en el que se logra la capitulación inglesa el 8 de mayo de 1782 a favor de España en unas negociaciones dirigidas por Miranda y en las que consiguió además la cesión de todas las islas. La eficiencia demostrada por Miranda en las Bahamas le valió entonces la recomendación de Cajigal para que fuera ascendido a Coronel y pasó a estar bajo las órdenes del Comandante general de las fuerzas españolas en Cuba, Bernardo de Gálvez, como Ayudante de campo en la población de Guárico. En aquel momento los españoles estaban preparando una acción conjunta con los franceses para invadir Jamaica (último reducto inglés en el Golfo de México) y la población de Guárico era el lugar idóneo para planificar estas operaciones por estar cercano a la isla y por su posición de fácil acceso para poder reunir tropas y los mandos consideraban a Miranda la persona idónea para planificar las operaciones por tener un conocimiento de primera mano de la situación de los ingleses en la zona. Sin embargo, un ataque preventivo de los ingleses y las dificultades de la flota francesa que forzaron la paz entre Inglaterra y Francia hicieron que la invasión no se concretara y por lo tanto Miranda permaneció así un tiempo en Guárico en el que la Inquisición sería su principal problema.
Durante el tiempo que estuvo en Estados Unidos, Miranda realizó un estudio crítico sobre sus defensas militares en el que demostró un conocimiento amplio del desarrollo del conflicto norteamericano y sus circunstancias. Allí Miranda preparó y fijó la técnica de correspondencia que usará durante el resto de su viaje en el que conoce a las personas mediante el obsequio y préstamo de libros y examina la cultura y las costumbres de los sitios por los que pasa de una forma metódica. En esta ciudad conoció a la importante familia Livingston, cuyos miembros ocupaban importantes posiciones políticas y tenían vínculos con otras familias importantes de la ciudad.
Al parecer Miranda mantuvo una relación romántica con Susan Livingston, hija del canciller Livingston, que se vislumbra cuando Miranda realiza un viaje a Boston y en el que la joven parece estar enamorada de él según las cartas que le escribía. Parece sin embargo como si Miranda no deseara pasar más allá de una simple amistad, lo que explicaría su más bien precipitada salida de Nueva York. Aunque Miranda mantuvo el contacto epistolar con Susan durante años, nunca volvió a verla, por lo que posiblemente llegara a pensar que una relación que le llevara al matrimonio no era compatible con sus planes y forma de vida. Durante el tiempo que estuvo en Estados Unidos, Miranda buscó conocer y relacionarse con gente importante y así fue como conoció personalmente a George Washington en Filadelfia, cuando este venía de recibir el control militar de Nueva York tras el fin de la guerra. También conoció a otros personajes distinguidos como el general Henry Knox o Samuel Adams, y además fue observando ciertas instituciones de la nueva nación que lo impresionaron como la Biblioteca de New Port o el Princeton College, Rhode Island College y el Cambridge College.
La permanencia de Miranda en los Estados Unidos sólo se vio afectada por el conflicto de intereses entre Francia y España en este país después de la guerra ya que los franceses no estaban interesados en que se divulgaran demasiado los aspectos negativos de su intervención en el conflicto y el fracaso de la invasión de Jamaica era uno de ellos. Al parecer se habían enviado informes desde La Habana al gobierno norteamericano que acusaban a Miranda como un traidor y desertor que fueron divulgados por los franceses para perjudicarle ya que él era la única persona que podía desmentir la acusación del fracaso de la invasión de Jamaica como responsabilidad de España. La difusión de estos informes hizo que la situación de Miranda fuera comprometida ya que no podía defenderse sin divulgar los detalles de su misión de espionaje en Jamaica que eran secreto de Estado y por lo tanto ante esta situación decide marcharse a Inglaterra.
En Londres, Miranda fue vigilado discretamente por los españoles ante las sospechas de traición que recaían sobre él y en cuyos informes resaltan los tratos personales que mantiene Miranda tanto con personas sospechosas de conspirar contra España como con personajes considerados eminentes sabios de su tiempo.
A pesar de que el Marqués del Campo (título posterior del Rey Carlos III de España de 1787 en favor de Bernardo del Campo, en aquel entonces Embajador español en Londres cuando Miranda fue allí en 1784), llegó a tratar personalmente a Miranda para estudiarle y llegó a deducir que su culpabilidad por traición era dudosa, se dio igualmente la orden de capturarle y llevarle a España para enjuiciarlo.
Sin embargo, debido a una serie de afortunadas casualidades Miranda marchó el 10 de agosto de 1785 hacia Rusia con el Coronel norteamericano John Smith, un personaje aventurero y poco práctico, pero miembro de la legación americana ante el Rey Jorge III de Inglaterra y su esposa Carlota, casado con Abigail Adams, hija de la Abigail Smith que se llamó después de casada Abigail Adams y del segundo Presidente de los EE.UU. John Adams, no sin antes presenciar en Prusia las maniobras militares preparadas por el rey Federico El Grande.
Pasó por regiones de la actual Bélgica, Alemania, Austria, Hungría, Polonia, moviendo a tierras griegas e italianas, donde permaneció durante más de un año, y visitar la corte de Catalina II, desplazada en ese momento desde Moscú hasta Kiev, (actual Ucrania). Después de pasar por Constantinopla, capital turca con quien los españoles mantenían relaciones diplomáticas desde 1783, fue obligado a pasar una cuarentena sanitaria en Kherson, y el Príncipe de Potemkin le presentó ante Catalina en Kiev el 13 de febrero de 1787. Catalina mostró bastante interés por las cosas de América y el sistema de gobierno.
Arrestado varias veces durante el reinado del terror, Miranda fue amenazado con ser deportado después una medida del Directorio de la Monarquía y los Girondinos. A pesar de todo, su nombre permanece grabado en el Arco de Triunfo que fue construido durante el primer imperio.
Con ayuda británica, Miranda realizó una invasión a Venezuela en 1806. Llegó al puerto de La Vela de Coro el 3 de agosto, donde la bandera venezolana tricolor fue izada por primera vez, pero al no encontrar apoyo popular se reembarcó diez días después. El 19 de abril de 1810, Venezuela inicia su proceso independentista, por lo que Simón Bolívar persuadió a Miranda de volver a su tierra natal, en donde le hicieron general en el ejército revolucionario. Cuando el país declaró formalmente independencia el 5 de julio de 1811, él asumió la presidencia con poderes dictatoriales.
Las fuerzas realistas contraatacaron (véase Primera República de Venezuela), pero Miranda era incapaz de pasar a la ofensiva por las constantes deserciones que se daban en sus fuerzas. Miranda intentó resistir el ataque realista pero la caída de Puerto Cabello en manos españolas, la rebelión de los esclavos de Barlovento así como el creciente número de los ejércitos españoles que lo atacaban, Monteverde desde Valencia y Yáñez desde Calabozo le hicieron imposible resistir.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_de_Miranda
GRAN LOGIA DEL PERU - 127 ANIVERSARIO
9:45:00 a.m. A
sábado, 28 de marzo de 2009
RECONOCIMIENTO MASONICO INTERNACIONAL DE DIARIO MASÓNICO
4:28:00 p.m. A
Expertos disertan sobre la masonería en Canarias desde hoy en Tenerife
2:50:00 p.m. A
viernes, 27 de marzo de 2009
AGRADECIMIENTO MASONICO Y FRATERNAL RUMANIA - REPBLICA DEL PERU
3:18:00 p.m. A
PROYECTO MASONICO INTERNACIONAL: GRAN ORIENTE RUMANIA UNA MARAVILLA DE LA EUROPA
1:51:00 p.m. A
Este cancion se llama Barbu Lăutaru, cantado por Ion Luican.
Instalación de Dignatarios y Oficiales de la M.’.R.’.G.’.L.’. del Estado de Querétaro
3:53:00 a.m. A
CUADRO DE GRAN LOGIA
Dip.:G.:M.: Marco Antonio Ugalde U. M.:M.:
2do. Gr.:Vig.: Jorge Desigaud F. M.:M.:
Gr.:Orad.: Eduardo Figueroa M.:M.:
Gr.:Tes.: Alejandro Amescua R. M.:M.:
1er. Gr.:Diac.: Valdemar Cantú Caballero M.:M.:
Gr.:Secr.: Héctor Mazatán P. M.:M.:
Gr.:M.: de Cer.: Armando Luna S. M.:M.:
Gr.:Econ.: Eduardo Córdova M.:M.:
2do. Gr.:Diac.: Cuauhtémoc Moreno M.:M.:
Gr.:Hosp.: Francisco Benítez M.:M.:
1er. Gr.:Exp.: Miguel Moreno M.:M.:
2do. Gr.:Exp.: Francisco Sosa M.:M.:
Gr.:Portaest.: Jesús Maldonado H. M.:M.:
Gr.:Guardat.:Int.: Manuel Escoto P. M.:M.:
M.:R.:G.:M.: Dr. Fernando Cruz López
ILHUICAMINA
jueves, 26 de marzo de 2009
LA MASONERIA FRANCESA ESTA EN CONTRA DE LAS DECLARACIONES DEL PAPA BENEDICTO XVI
6:48:00 a.m. A
GRAN LOGIA DE MONTANA Y SU 143a COMUNICACION ANUAL
3:46:00 a.m. A
GRAN LOGIA DE ARIZONA - ACADEMIA DE EDUCACION MASONICA 2009
3:42:00 a.m. A
Annual California Masonic Symposium
3:23:00 a.m. A
Actividades para la Gran Logia
3:13:00 a.m. A
José Ángel Mireles García dijo que este Congreso Nacional pondrá el nombre de Durango en alto, y se tratarán temas importantes para el acontecer nacional entre los que destacan la economía, el medio ambiente y la seguridad. Bien de la comunidad “Nuestra asociación promueve la filantropía y la fraternidad con base en nuestros principios de libertad, igual y fraternidad, conforme a nuestros usos y costumbres, buscamos el bien de nuestra comunidad, nuestro estado, nuestro país y de la humanidad”, agregó.
La masonería de Durango refrenda su compromiso con el desarrollo del estado, y reitera su disposición a participar, como se ha realizado, en acciones que contribuyan en equipo al fortalecimiento de las comunidades.
“Por eso, nos sumamos al esfuerzo conjunto emprendido por los diversos órdenes de gobierno para implementar la infraestructura que requerimos para colocarnos a la par del desarrollo de los estados del norte del país. La coordinación de esfuerzos y la comunicación entre los sectores de nuestra sociedad fortalece la unidad y el trabajo entre los duranguenses”, reiteró José Ángel Mireles.
Asimismo, como cada año, los masones programaron su participación en el homenaje a Benito Juárez en el monumento erigido en su honor en el Paseo de Las Alamedas, después de la ceremonia de premiación del concurso “Sentimiento Juarista”, organizado por la Gran Logia de Estado.